sábado, 31 de julio de 2010

LUIS CORVALAN DEJA UN LEGADO DE CONSECUENCIA REVOLUCIONARIA QUE SERÁ GUÍA PARA LAS FUTURAS GENERACIONES



LUIS CORVALÁN: COMUNISTA EJEMPLAR
(Mario A. Benavente Paulsen)

1.- Don Lucho se nos ha ido para siempre. Duele que así sea, pero la vida es así. Más temprano o más tarde nos dice “hasta aquí has llegado”. Quien parte, ya sin conciencia, no siente el dolor que deja en su entorno familiar y social. Cuando la ausencia es sin retorno, es el momento en que se valora la importancia que tuvo la existencia, especialmente cuando ha trascendido más allá de lo personal y familiar y se proyecta generosamente a todo el quehacer de los desposeídos del mundo. Es lo que ha ocurrido con el compañero Luis Corvalán Lepe.

2.- Las desigualdades e injusticias lo impactaron desde muy joven. Se rebeló contra ellas. La masacre de la Escuela Santa María y las constantes represiones de que eran objetos los obreros en el norte y los campesinos del sur no le fueron indiferentes. Luis Emilio Recabarren trazó un camino de liberación al proletariado nacional y latinoamericano. La Primera Guerra Mundial y sus consecuencias marcó su infancia. La Revolución de Octubre en Rusia le demostró que el camino que Recabarren enseñaba al proletariado del Sur de América, conducía a terminar con la condición de explotado. Los nombres de Marx, Engels, Lenin, Stalin se le hicieron familiares. De la lectura de algunos escritos de estos eminentes revolucionarios, que lograban burlar las prohibiciones, asimiló, entre muchos, un concepto fundamental que Recabarren no se cansaba de enseñar: la unidad de los explotados con todos los sectores sociales humillados por la explotación. Es decir, el llamamiento con que Marx y Engels finalizaron el “Manifiesto del Partido Comunista” (1848) se hizo carne y sangre de su existencia. En la década de los treinta del siglo anterior, ya obtenida su calidad de profesor normalista, ingresó al Partido Comunista de Chile. Tal llamamiento adquirió en él connotaciones profundas y objetivas.



3.- La conformación del Frente Popular Antifascista que conquistó el Gobierno de Chile con el profesor radical Pedro Aguirre Cerda, demostró la validez de este principio. Desde sus orígenes, el Partido Comunista caminó por él.

4.- Al asumir la Secretaría General del PC en 1958, luego de la muerte de Galo González, Don Lucho comprendió que después de la derrota del nazifascismo y con el desarrollo de la Guerra Fría impuesta por las potencias imperiales en contra de la Unión Soviética, se entraba en una etapa más compleja de la lucha. En estas nuevas condiciones se requería un Partido de masas enraizado en los más amplios sectores sociales, especialmente en el corazón mismo del proletariado. Tendencias sectarias como “pocos, pero buenos” o de carácter obrerista que algunos esgrimían, fueron superadas a través de una intensa lucha ideológica. No se trataba de sancionar al militante, sino de ayudarlo en el conocimiento de la concepción marxista-leninista, de la realidad nacional y de la solidaridad. Se trataba de formar comunistas conscientes. El carácter de Partido de la clase obrera, había que conquistarlo. El comunista no nace como tal, se forma en la lucha cotidiana de las masas. La formación de cuadros dirigentes, tanto en el Partido como en la Jota, imprimió un ritmo acelerado a su influencia. Pocos miles eran los militantes cuando Don Lucho asumió como Secretario General. Después de diez años, el Partido Comunista chileno era el de mayor influencia en el país. Más de trescientos mil compañeros integraban las filas comunistas.

5.- La formación de la Unidad Popular que condujo a Salvador Allende a la Presidencia de Chile, fue la máxima conquista del pueblo. Fue la culminación de un largo y sufrido camino. Muchos entregaron su vida, otros sufrieron persecuciones, relegaciones y cárceles. Se logró el principal objetivo político de entonces: el pueblo organizado y unido había conquistado un gobierno popular, democrático y revolucionario. La clase obrera fue el verdadero motor de las transformaciones. Los trabajadores empezaron a aprender la administración y el proceso de producción de las grandes empresas monopólicas nacionalizadas. Los campesinos hacían lo propio con la tierra que la eliminación de los latifundios, les entregara. Los estudiantes de enseñanza media y universitaria se integraban resueltamente al profundo proceso de transformaciones que vivía Chile. Los éxitos en la construcción de la sociedad socialista en la URSS y, en forma especial, la consolidación de la Revolución Cubana, incentivaban la confianza en la lucha de nuestro pueblo. Chile bullía de entusiasmo y esperanza. Los partidos populares adquirieron una influencia considerable y lograron conformar la más amplia unidad política y social de nuestra historia: la Unidad Popular. El pueblo se había convertido en protagonista fundamental en el desarrollo del apasionante proceso que se vivía. Las juventudes se integraban con sus alegrías y cantos a trabajar con los obreros en las fábricas, en los puertos y campos. Había que ganar lo que Don Lucho llamó “la batalla de la producción”. Lo que se conoció como “la experiencia chilena” estimuló los movimientos sociales en nuestro continente. El imperialismo estadounidense y la oligarquía criolla horadaron la unidad de las fuerzas populares e impusieron la dictadura fascista.



6.- La influencia del PC, bajo la sabia conducción del camarada Corvalán fue extraordinaria en la década de los sesenta. Junto a él, una joven y experimentada generación de dirigentes comunistas a nivel nacional, imprimió un ritmo de desarrollo y consecuencia con los principios de la concepción proletaria. Junto al nombre de Don Lucho hay que evocar, entre tantos, algunos destacados cuadros: Víctor Díaz, Américo Zorrilla, Mario Zamorano, José González, Uldarico Donaire (Rafael Cortés), José Oyarce, Víctor Contreras Tapia, Alberto Molina Oscar Astudillo, Julieta Campusano, Bernardo Araya, Galvarino Melo, Alberto Molina, Luis Figueroa, Isidoro Carrillo, Mario Silva, Manuel Cantero, Óscar Ramos, Héctor Véliz, José Weibel, Choño Sanhueza todos de extracción proletaria, junto a los de Pablo Neruda, Volodia Teittelboim, Gladys Marín, Orlando Millas, Jorge Montes, Hernán Ramírez Necochea, César Godoy Urrutia, Marta Ugarte, Sola Sierra, Enrique París, Waldo Pizarro, Fernando Ortiz, Sola Sierra, Manuel Guerrero, Manuel Parada. Julio Alegría, Carlos Contreras Maluje, todos ya fallecidos y otros hechos desaparecer por la dictadura. Junto a esos eminentes combatientes, los nombres de Jorge Inzunza, José Cademártori, Hugo Fazio, Virginia González, Jacinto Nazal, Iván Ljubetic y otros valiosos cuadros que siguen combatiendo por un mundo mejor. No era casual que en esos años la mayor parte del Comité Central (48%) estaba integrado por cuadros obreros, algo más del 20/% por cuadros campesinos y mapuches, más del 10% por destacados educadores, intelectuales, profesionales, comerciantes y dirigentes de las Juventudes Comunistas. En esos dirigentes, enraizados en las aspiraciones más sentidas de las masas, radicó la sabiduría del Partido de Recabarren bajo la inteligente y sagaz conducción de Don Lucho.

7.- Poco se ha hablado de él como educador de masas. Claro está que un comunista, por el sólo hecho de serlo, es un educador de masas. Don Lucho fue algo especial. Ya en sus columnas que tenía en el diario “El Siglo” en la época en que Galo González era el Secretario General, los análisis políticos del entonces joven Luis Corvalán, eran faro orientador de vastos sectores, en especial jóvenes que requerían entender la política nacional para impulsar con fundamentos objetivos los procesos de reforma universitaria. Los artículos del entonces poco conocido Corvalán, no sólo proporcionaban antecedentes políticos, sino, además, métodos para el análisis de los fenómenos sociales.



8.- Al asumir como Secretario General del Partido impuso mayor rigor en las interpretaciones y análisis políticos. Él mismo predicó con el ejemplo. Sus intervenciones públicas y al interior de la organización eran expresión de serias reflexiones personales y colectivas, las que llevaban su sello. Era enemigo de improvisar. Cada una de sus expresiones verbales o escritas estaba siempre inserta en un riguroso contexto ideológico. Sabía que no era buen orador y en él ejercía mucho peso su condición de comunista y más aún de Secretario General. Todas las informaciones que entregaba en las reuniones del Comité Central, eran escritas y reflejaban el pensamiento de la Comisión Política. En las reuniones del CC cada dirigente aprendió a expresar por escrito su opinión respecto al informe central y en el tiempo previamente acordado. Esto impedía la improvisación. Sólo un dirigente del CC nunca pudo o no quiso asimilar este método. Siempre se le autorizó para ello. El querido y bien recordado dirigente del magisterio, César Godoy Urrutia, tuvo este privilegio y, ¡caramba! qué bien lo utilizaba.

9.- El Partido, en general, contó con buenos oradores. El más brillante de la segunda mitad del siglo anterior fue el dirigente sindical Juan Vargas Puebla. También lo fueron César Godoy Urrutia, Volodia Teittelboim, Jorge Montes, pero todos tuvieron que adaptarse a la modalidad que, con su ejemplo, enseñó el camarada Corvalán. A niveles de Comités Regionales, Comunales y de células, los informes políticos se hacían por escrito. En nuestras juventudes comunistas se dio un proceso similar. La voz y la acción de un comunista, siempre fue coincidente con la de sus más altos representantes. Buena parte de la unidad ideológica y política del PC fue obra de la conducción que el camarada Corvalán supo imprimirle. Esta modalidad de trabajo se hizo característica del quehacer logró que esta forma de trabajo fuese característica del quehacer partidario. El rol de las células fue y es fundamental en la formación del militante. Jaime Castillo, destacado teórico de la DC, ya fallecido, decía: “A pesar de tener posiciones diferentes, hay que reconocer que lo que uno conversa con un dirigente comunista en Chile, es lo mismo que un comunista chileno dice en Moscú o en cualquier lugar del mundo”



10.- La figura de Luis Corvalán se proyectó más allá de los márgenes partidarios. A mediados de la década de los sesenta, un periodista político del Diario El SUR de Concepción, en uno de sus artículos, afirmaba que “Luis Corvalán era el más importante dirigente político de la historia de Chile en el siglo XX”. Eso lo decía en ese entonces. Ni siquiera podría haberse imaginado que el nombre de Luis Corvalán sería el de un dirigente político chileno que llegaría, como ningún otro compatriota, a los más apartados rincones del planeta. De todos los continentes y pueblos emergían las voces solidarias que exigían el respeto a su vida y su libertad Desde la Isla Dawson, Ritoque y Tres Álamos su figura fue el mayor estímulo a la solidaridad internacional contra la dictadura fascista. Su nombre irá siempre unido al de Salvador Allende y Pablo Neruda.

11.- En este homenaje no se puede dejar de admirar en él su fortaleza moral. No es difícil enfrentar las calumnias y diatribas que emanan de los enemigos de clases. Por el contrario, ellas fortalecen el ánimo y convencen de que se está defendiendo con fidelidad los intereses de los desposeídos. En las victorias, todos son vencedores. En las derrotas, sólo unos pocos son los responsables. Don Lucho tuvo, además, la sabiduría para saber callar. La rica experiencia adquirida no le permitía gastar sus energías contra las maledicencias. Se refugió en su célula. En ella militó hasta sus últimas semanas. Como ningún otro dirigente de nuestro Partido nos dejó obras importantísimas e imprescindibles para comprender la historia política de Chile y el mundo en el siglo XX. Se podrán compartir o no algunas de sus opiniones personales, yerros u omisiones, pero nadie logrará empañar su grandeza. Lo importante es que dejó escrito lo esencial de su pensamiento. Las generaciones futuras de comunistas y el desarrollo de la lucha de clases a escala nacional, latinoamericana y mundial sabrán valorarlo mejor.



11.- De firmes convicciones, intransigente en la defensa de las aspiraciones de los proletarios, de fidelidad ejemplar a su Partido y a la lucha de los pueblos del mundo, llevó muy adentro el rol de esposo y padre. Lily, su compañera, en las condiciones más difíciles, siempre tuvo al lado su cariño. Sus hijos deben enorgullecerse de haber tenido un padre que supo darles especial ternura. Se nos fue Don Lucho, llevándose grandes satisfacciones por las victorias alcanzadas por los pueblos, pero también los dolores por las grandes derrotas. Su enorme fortaleza moral, le permitió sobrellevar la muerte de su único hijo varón, combatiente de nuestras juventudes comunistas, Luis Alberto, Coné …..

Su ejemplo, consecuencia y fervor revolucionario servirán de guía para las nuevas generaciones de hombres y mujeres que abracen la causa del socialismo y del comunismo.-

viernes, 30 de julio de 2010

LA EX MINISTRA DEL TRABAJO, MIREYA BALTRA, RECUERDA A LUIS CORVALAN COMO UN CONSTRUCTOR INCANSABLE DE LA UNIDAD DEL PUEBLO CHILENO



El 3 de Septiembre de 1980, escuchamos por radio Moscú el discurso del Secretario General del Partido Comunista de Chile, el compañero Luís Corvalán, intervención que interpretaba cabalmente los anhelos de libertad del pueblo chileno. Nada será gradual, las dictaduras se eternizan en el poder.

Corvalán irrumpió en la historia de Chile, cambiándola, orientando al pueblo a la Resistencia Organizada contra la tiranía de Pinochet. Sus palabras nítidas cruzaron el espacio, diciéndonos..."Las masas irrumpirán de una u otra manera hasta echar abajo el fascismo.... El derecho del pueblo a la rebelión pasa a ser cada vez más indiscutible"...

"El pueblo sabrá descubrir en la lucha las formas específicas de expresión de su proceso democrático y revolucionario, dando paso, seguramente, a los más variados métodos que ayuden a desarrollar el movimiento de masas, aislar la tiranía, aunar fuerzas, abrir perspectivas de victoria"...

Ejemplo audaz de consecuencia política, supo medir en cada momento la línea precisa que correspondía aplicar, recogió como ningún otro la opinión colectiva del Partido. Nos enseñó a ser COMUNISTAS.

Constructor incansable de alianzas políticas, solía decirme al oído "hay que barrer para adentro y no para afuera", mantuvo siempre abiertas las puertas anchas del Partido, amarrando con fuertes nudos (no sin dificultades) la unidad, tanto en el FRAP, como en la UP, que nos condujo a la Victoria con el Presidente Salvador Allende.



Cierto, fue un Demócrata, un Demócrata Revolucionario, donde los principios no entran al mercado de las transacciones de los oportunistas y blandengues.

Solidario inclaudicable con la Revolución Cubana, con todos los gobiernos y pueblos que tienen el coraje y la inteligencia de cruzar el umbral emancipador. Corvalán no perdió nunca la brújula y rechazó de plano las caretas políticas de los transformistas que terminan bailando al compás del imperio.

Corvalán murió escribiendo. Su obra es la herencia para la juventud chilena y del continente. Su legado es la rebeldía ante las injusticias, ante el populismo vulgar, ante la ignorancia de los que pretenden saber.

¡¡Cómo sentiremos tu ausencia!!... y la ternura proletaria de regalarme con tu mano cerrada, sobre la mía, un caramelo que sacabas de tu bolsillo, cada vez que nos sentaban juntos... Vivirás por siempre en el corazón de nuestro pueblo.

MIREYA BALTRA

LUIS CORVALAN POR FIN SE HA ENCONTRADO CON SU HIJO LUIS ALBERTO,SALUDOS DESDE BULGARIA



¡Compañero Luis Corvalán! ¡Presente! ¡Ahora y siempre!

Estimados familiares de Luis Corvalán:

Nos aflige profundamente la pérdida del compañero Luis Corvalán, un comunista, un demócrata, un humanista, un gran hombre, a quien admiraban todos quienes en el mundo estaban comprometidos con la causa de la solidaridad y la justicia social. En Bulgaria él era particularmente querido y respetado, al igual que su hijo Alberto, cuya muerte prematura, causada por las torturas sufridas en el Estadio Nacional de Santiago después del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, nos conmocionó a todos y unió para siempre Bulgaria y Chile con los lazos humanos más indestructibles…



Es enorme el vacío que deja el compañero Luis Corvalán en nuestros corazones. En el mundo de hoy difícilmente se encuentran dirigentes políticos y demócratas de su talla y de sus cualidades morales. Para todos nosotros su vida saturada de dramáticas pruebas, pero llena también de inmensa honradez, dignidad y heroísmo, seguirá siendo un ejemplo y un motivo de inspiración.

Reciban los más sentidos pésames en nombre de todos los búlgaros que querían a Alberto y a don Lucho. Ellos dos ya están juntos, para nosotros queda mantener viva su memoria.

Con profundo cariño y respeto,

Kadrinka Kadrinova, periodista y escritora, Bulgaria



Con lágrimas te despido
padre de la juventud.
Dueño de esa gran virtud
de engrandecer nuestro nido.
Por haberte conocido
es que hoy día luz cosecho.
por todo lo que hemos hecho
empapados de alegría.
Fuiste un ejemplo de guía
y vives dentro'e mi pecho

Que te vaya bien en todo.

Fernando Yàñez



El Instituto Chileno Vietnamita de Cultura
, expresa sus mas sentidas condolencias por el sensible fallecimiento del destacado dirigente comunista Luis Corvalan Lepe.

Su lucha incansable por la defensa de los derechos de los trabajadores de Chile, en la busqueda de una sociedad mas justa y democratica, lo instalan sin duda como un protagonista indispensable de nuestra historia nacional e internacional.

Reconocemos en el, a un importante y solidario amigo con la lucha del pueblo vietnamita por su independencia y su libertad.

Presentamos nuestro respeto y nuestro pesar por su partida, a la Direccion del Partido Comunista de Chile, a sus militantes y muy particularmente a su companera de siempre dona Lily Castillo, a toda su familia y a sus amigos queridos.

Les saluda muy fraternalmente,

PATRICIA ABARZUA MUNOZ

Presidenta Instituto Chileno Vietnamita de Cultura



La cèlula Cristina Carreño del Comite Comunal Ñuñoa del Partido Comunista de Chile hace llegar su mpas profundo pèsame a la Familia Corvalàn Castillo, especialmente a nuestra querida compañera Lily por el lamentable fallecimiento de nuestro gran e inolvidable camara Luis Corvalàn Lepez. Las banderas comunmistas estàn de luto. Es una pèrdida no solo para los comunistas chilenos, sino que tambièn para todo nuestro pueblo y para la humanidad progresista.
Llevaremos por siempre el legado de tan insigne camarada.

Querido compañero LUIS CORVALÀN PRESENTE, AHORA Y SIEMPRE

Recibe compañera Lily tu y tu familia un gran abrazo de todos nosostros

Los militantes de la celula Cristina Carreño



Nuestras más sentidas condolencias a Lili y familia ante la pérdida del companero esposo,padre y abuelo, nuestro querido companero don Lucho Corvalán. Desde Berlín nos sentimos partícipes y nos sumamos a los miles de amigos y companeros en este momento de dolor. Familia Villegas Cabrolier

jueves, 29 de julio de 2010

CORVALAN: INTERPELACION FRATERNA DE LA UNIDAD DE LOS COMUNISTAS COMO FUERZA PLURAL Y FLEXIBLE


Luis Corvalán como interpelación fraterna de la Unidad de los Comunistas como una fuerza plural y flexible

Es evidente que la vida política de Luis Corvalán es mucho más rica que el sólo levantamiento y dirección política como Secretario general del Partido Comunista
de Chile, de lo que fuera la Rebelión Popular de Masas implementada por el Partido desde al menos 1980.

Comenzó su vida política, participando en una marcha callejera y un mitin que se realizó en Tomé el día que cayó el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, el 26 de julio de 1931. En el año 1932 ingresó al Partido, y tal como el lo cuenta en la entrevista citada en este artículo, fue un zapatero remendón, de apellido Palma quien lo invitó en Tomé a una reunión de comunistas que se realizó en el Cerro Estanque. "Pasadas las vacaciones de invierno, cuando volví a Chillán, me integré al Grupo Avance, grupo de izquierda organizado por los comunistas. Todo lo que he relatado y que formaba parte de la realidad social de aquella época, me condujo a militar en el Partido" (1).

En 1935 trabajó como secretario de Carlos Contreras Labarca, en ese entonces Secretario General del Partido, y como periodista del vespertino Frente Popular. En 1947, tras la proscripción del Partido Comunista, fue internado en los campos de concentración de Pitrufquén y de Pisagua.No es menor y acaso como nota aparte, que fue el corrector de pruebas y editor de la primera edición clandestina (América 1950) del Canto General de Pablo Neruda, con Prólogo de Galo González y las bellas ilustraciones de José Venturelli.

Además, entre otras responsabilidades como militante, fue Director del Diario El Siglo, Encargado Nacional de Propaganda y miembro de la Comisión Política durante más de treinta años y nombrado Secretario General durante el período entre 1958 y 1990. Fue fue electo senador por la séptima agrupación provincial (provincias de Ñuble, Concepción y Arauco) para el período 1961-1969 y por la tercera agrupación provincial (Aconcagua y Valparaíso) entre 1969 y 1977.

Durante el gobierno de la Unidad Popular comandado valientemente por el Presidente Allende, fue el Partido Comunista, dirigido por Corvalán, su más leal colaborador y en palabras de Don Lucho: "Fue el principal protagonista y el colaborador más permanente desde el primer hasta el último día del Gobierno (...). Desde el momento de su constitución puso en marcha una nueva política que contemplaba una serie de medidas a fin de hacer realidad una revolución democrática con miras a construir una sociedad socialista. El Presidente y el Partido coincidieron en definirla como una revolución socialista por una vía pacífica. Los comunistas fuimos, además, los que más nos esforzamos en la aplicación práctica de su política". (2)

Producto del Golpe Militar de Pinochetismo y la derecha financiera, fue detenido y deportado a la isla Dawson, y al campo de concentración Ritoque, sin ser sometido a juicio. En 1976 tras una intensa campaña internacional, fue canjeado por el disidente soviético Vladimir Bukovsky en Zurich en diciembre de 1976. Corvalán recibió asilo en la URSS y regresó "oficialmente" a Chile en 1988 para participar en el proceso democratizador. Aunque ya es de público conocimiento que "Don Lucho" como le llamamos quienes ya sea crítica o menos críticamente adherimos a la cultura comunista, ingresó clandestinamente a Chile el 20 de agosto de 1983, donde ejerció las labores más arriesgadas para implementar todas las formas de lucha contra la barbarie pinochetista.

En una entrevista de Ana María Pino para la Historia Política Legislativa de la Biblioteca del Congreso realizada en el año 2008, Don Lucho plantea las siguientes ideas y reflexiones y análisis de lo que fue la Política de Rebelión Popular de Masas implementada en la lucha contra la dictadura:

"Ana María Pino: Con la estrategia de la rebelión popular de masas ¿hubo un cambio en la línea política del Partido Comunista de Chile trazada en sus diferentes congresos?

Luis Corvalán: No hubo precisamente un cambio en la línea política, sino la incorporación de una nueva táctica, del uso de todas las formas de lucha, pacíficas o violentas, e incluso el empleo de las armas para echar abajo la dictadura. Este fue el planteamiento que hicimos el 3 de septiembre de 1980, cuando habían transcurrido 7 años del Golpe militar, la dictadura había logrado ya destruir la democracia chilena, se afianzaba y buscaba institucionalizarse mediante el Plebiscito que había convocado para el 11 de septiembre para refrendar su Constitución y asegurar la incesante auto-reproducción del sistema. Dicho plebiscito se realizaría –se realizó- sin Registros Electorales ni mesa receptora de sufragios sometidas al control popular.

Para terminar con la dictadura ya no bastaba con la declaración de protesta y otros métodos tradicionales. A la dictadura no se le podía poner fin mediante nuevas declaraciones y protestas. El llamado a la Rebelión Popular tuvo amplia acogida en la opinión pública y desde luego en los partidos de la Unidad Popular. Inmediatamente de haberse realizado el plebiscito, la Unidad Popular formuló en Santiago una declaración en la cual afirmó que el pueblo de Chile “reivindica su derecho a la resistencia contra la opresión que habrá de expresarse de los más variados, masivos y efectivos métodos de lucha, incluso el supremo derecho de la rebelión contra la tiranía”.

La Rebelión Popular empezó a manifestarse a través de las mujeres que reclamaban contra la detención, desaparecimiento o asesinato de sus seres queridos. Se destacaron las huelgas de hambre de madres, esposas, hijas e hijos de los detenidos desaparecidos. En las poblaciones se efectuaron cacerolasos y cadenazos en puntos neurálgicos de la red eléctrica que afectaban a bastas regiones del país y eran recibidas con entusiasmo por la mayoría ciudadana. En el curso del mes de abril de 1981 se realizaron apagones a lo largo del país, voladuras de puentes y de líneas de trenes de Santiago al sur, de Valparaíso a Santiago y San Felipe a Los Andes. Fue asaltada la Armería Morandé y capturadas sus armas. En el mes de mayo de 1981 se tomaron las agencias periodísticas Asociated Press y ANSA, transmitiéndose a través de ellas proclamas en contra de Pinochet, fue asaltada la Armería Italiana con la consiguiente captura de armas. En julio hubo un nuevo apagón que abarcó a gran parte del país. En agosto se realizó un asalto y captura de armas en las Armerías Ricci, Italiana y Real. En septiembre se produjo un nuevo apagón nacional y toma y quema de trenes de la línea Santiago-Valparaíso.

A la lucha contra la dictadura se incorporaron de más en más, con sus propias formas y sus propios métodos todos los partidos de la Unidad Popular, la Democracia Cristiana, los radicales y gente sin militancia política. 1986 fue el año de las grandes protestas, el año del Atentado a Pinochet en el Cajón del Maipo y del desembarco de las armas del Frente Patriótico Manuel Rodríguez en Carrizal. Estos últimos hechos llevaron el pánico a las filas de la burguesía. En un sector de la oposición surgió la tendencia favorable a la conciliación con Pinochet. El gobierno norteamericano envió al país a un emisario suyo, Robert Gelbart, que se entrevistó con el gobierno, con todos los partidos, menos el comunista, instando a todos ellos a entenderse y aislar a los comunistas.



La aplicación creciente de la Política de Rebelión Popular llevó a la propia dictadura a buscar alguna fórmula de entendimiento con sus enemigos de la burguesía. Ya en 1985 se habían tendido puentes de amistad y acuerdos entre unos y otros. En el mes de julio, el Cardenal Fresno, el Obispo Valech, el Vicario Precht y los políticos Patricio Aylwin, Carlos Briones, Francisco Bulnes, Enrique Silva Cimma, Pedro Correa, Andrés Allamand, René Abeliuk, Hugo Cepeda y Gabriel Valdés más Sergio Molina, Fernando Léniz y José Zavala, estos últimos asesores de Fresno, se reunieron en el Convento de Calera de Tango para buscar el diálogo y el entendimiento con Pinochet. Según documento publicado en el vespertino La Segunda el 26 de agosto de 1985 y diez años más tarde en el mismo diario, apareció una separata con el nombre de “Entretelones del Acuerdo Nacional”. Su autor José Zavala fue uno de los tres coordinadores del acuerdo. La Política de Rebelión Popular no pudo seguir aplicándose hasta derribar a Pinochet y su institucionalidad. Pero sin mediar ella, la dictadura se habría mantenido muchos años más". (3)


Palabras finales

Esta breve reseña biográfica, que no tiene mayores pretensiones que describir la historia política y el pensamiento y acción de Don Lucho Corvalán, sí tiene una triple finalidad, por una parte presentar a quien fuera uno de los políticos y luchadores comunistas más consecuentes de historia del Partido y de la Patria. Por otra, mostrar su enorme flexibilidad táctica que va desde la formulación y apoyo de la vía chilena al socialismo y, desde su tremenda capacidad autocrítica, el haber sido capaz de ver que cambiadas las condiciones políticas de enfrentamiento y con la aniquilación de la izquierda y el pueblo por parte de las huestes pinochetistas neoliberales, no era posible sino ponerse a la altura de los acontecimientos y al servicio de las grandes mayorías, implementando una política de auto defensa y avanzada de las más dura radicalidad. Y sustancialmente, no prefijarlo sólo en una de sus facetas del político tradicional de la democracia representativa y desarrollista, sino también rescatar su lucha contra las dictaduras de Ibañez, de Gabriel González Videla y especialmente que la Política de Rebelión Popular también fue parte de su creación, acerbo histórico y político y por tanto herencia fundamental de todos los comunistas.

Porque Don Lucho, es y seguirá siendo uno de los líderes del comunismo chileno, que interpreta a miles y miles de comunistas, que nos encontramos hoy fuera de la participación plena en el Partido, y su sensible fallecimiento acaso pueda llegar a ser un elemento catalizador que permita la unidad y el reencuentro de todos los comunistas, de afuera y de adentro, haciendo entender fraternalmente a los dirigentes actuales, que somos, como ellos, los herederos del pensamiento vivificador y flexible de nuestro querido compañero Lucho Corvalán y que tenemos entonces, el derecho histórico de participar plena pero sobretodo críticamente en el Partido que amamos, levantado la propuesta integral de nuestro líder, como parte constitutiva de la rica mixtura entre el pensamiento ligado a la vía chilena al socialismo, como aquel de todas las formas de lucha, reivindicando el derecho del Partido y del pueblo a la resistencia contra todo tipo de opresión que podrá expresarse de los más variados, masivos y efectivos métodos de lucha.

Hoy después de algunos meses, acaso un año de las confrontaciones teóricas en el seno del Partido y a propósito de la muerte Luis Corvalán, es necesario por parte de los dirigentes, cuadros, militantes y simpatizantes comunistas, realizar un esfuerzo consciente por ser capaces de reconstruir y dirigir colectivamente la unidad tan preciada, que nos llevará sin lugar a dudas a ser nuevamente un Partido de vanguardia y no meramente "progresista", plural e inserto en la institucionalidad, pero también en los territorios sociales de los trabajadores y pobres de Chile y con capacidad de amplia credibilidad, crecimiento y hegemonía cultural y política en el seno del pueblo, tan golpeado por el dominio de la dictadura democrática del pinochetismo y de los neopinochetistas liberales del capital financiero, transversales a la totalidad de los partidos políticos chilenos.

Porque ha llegado el tiempo, a o al menos están dadas las condiciones frente a la coyuntura actual, de integrar las tradiciones del Partido, sintetizadas en la trayectoria de Don Lucho Corvalán, como un aporte fundamental e insustituible, que no debemos desdeñar desde una perspectiva histórica, educativa y política para la reconstrucción de los comunistas, de la izquierda y del pueblo.

(1, 2, 3): Habla Luis Corvalán. Entrevista realizada el día 10 de septiembre, 2008, en su casa de Ñuñoa. Entrevistadora: Ana María Pino Yáñez, Bibliotecóloga. Historia Política Legislativa. Biblioteca del Congreso Nacional

Fesal Chain
Poeta, narrador y sociólogo

miércoles, 28 de julio de 2010

MANUEL RIESCO: CORVALÁN JUNTO A ALLENDE FUE UNO DE LOS GRANDES LÍDERES DEL MOVIMENTO POPULAR CHILENO



CORVALAN

Era bajito y lo apodaban "El Chico." Sin embargo, fue uno de los políticos más grandes del siglo 20. Junto a Allende, fue el gran líder del movimiento popular chileno. Creció en la construcción de su camino y se engrandeció en la victoria. Fue el artífice principal del Gobierno Popular y todos reconocen que de haberle hecho aún más caso, su destino pudo ser bien diferente. En parte por ello, se agigantó en la derrota, transformado en el emblema de la lucha universal por la liberación de los prisioneros de la dictadura.

Encabezó la resistencia desde el exilio y la clandestinidad. Sin perder jamás la brújula estratégica, dio el golpe de timón decisivo en la táctica de lucha que abrió paso a la caída de la dictadura. En sus postrimerías, comprendió a tiempo la necesidad de un nuevo giro, pero no logró imponerlo a su hueste sino en el último minuto.

Ello trajo malas consecuencias para la transición en general, que él sufrió más que nadie. Para más remate, se derrumbó el socialismo en que había puesto sus esperanzas a lo largo de toda su vida. Quizás fue su momento de mayor grandeza. Asumió la exclusión política con inmensa dignidad, sabedor que era compartida por todo su pueblo.



Ya anciano, continuó ejerciendo una influencia considerable en el movimiento popular, cuyas tribulaciones siempre supo que no iban a durar para siempre. En los hechos, proclamó a su abanderado en la última elección presidencial. Tras el desenlace, todos le escucharon hablar de la necesidad de forjar ahora lo que llamó una nueva izquierda. Al momento de su muerte, preparaba todavía otro nuevo libro.

Fue grande porque nunca anduvo sólo. Por encima de todo, fue siempre un hombre del pueblo, cuya suerte y humor seguía todos los días con mucha atención. Observaba cuidadosamente todo lo que se filtraba a través de los medios de comunicación y a cada rato entablaba conversaciones con gente en la calle. Sin hacerse el simpático, los escuchaba con toda dedicación. Siempre los tomaba en cuenta, citaba sus conversaciones y las consideraba en sus decisiones. El pueblo lo conocía bien y en cualquier lado con gusto le manifestaba sus opiniones y expresaba sus sentimientos.

Fue el gran jefe del Partido Comunista de Chile y lo condujo hasta las mayores alturas. Nunca redujo la política del partido a las dimensiones de su persona, por destacadas que éstas fueran. Al revés, le dio vuelo compartiendo la dirección partidaria con figuras notables, de la talla de Orlando Millas, Volodia Teitelboim, Hugo Fazio, Jorge Insunza y la joven Gladys Marín, entre muchos otros. Reprodujo esa disposición en todos los niveles partidarios. Hay que barrer para adentro, decía.
En parte por ello, el Partido convocó la adhesión de las más brillantes figuras en todos los ámbitos del quehacer nacional. Bajo su liderazgo, un partido de obreros y campesinos acogió en su seno desde dirigentes sindicales a profesionales, intelectuales, científicos, deportistas y artistas. Ello lo simbolizaron notables militantes comunistas como Miguel Lawner, Hernán Ramírez Necochea, Alejandro Lipschutz, Victor Jara, Violeta Parra y desde luego, Pablo Neruda.



Del mismo modo, engrandeció la política del partido nunca pretendiendo monopolizar o controlar todos los aspectos del movimiento popular. Siempre trabajó con organizaciones y personalidades ajenas al partido, en todos los planos y niveles de su acción política. Respetando sinceramente sus características y valorando sus cualidades. Conociendo al dedillo y comprendiendo sus debilidades. Usualmente las promovía al primer plano, entendiendo que lo principal era darle amplitud y fuerza al conjunto del movimiento popular. El mejor ejemplo de ello fue su relación con Salvador Allende.

De este modo, sedujo muy especialmente a generaciones de jóvenes que provenían de todos los ámbitos de la sociedad chilena, los que bajo su conducción adhirieron por decenas de miles a las Juventudes Comunistas. Cientos de los más brillantes dieron la vida por su causa, como Carlos Contreras Maluje, Manuel Guerrero, José Manuel Parada y Carlos Berger. También Luis Alberto, su propio hijo. Muchos más estuvieron dispuestos, gustosos.

En el ámbito más personal, poseía otras cualidades entrañables. Con Doña Lily Castillo, su notable compañera de toda la vida, formó un ambiente familiar extraordinariamente sólido, acogedor y de una belleza singular. Sus casas y mesas estaban siempre dispuestas con esmero y sentido estético finísimo , auténticamente popular, para acoger a sus hijos, nueras, yernos, nietos y numerosos parientes, compañeros, amigos y visitas. Cuentan sus hijas que incluso en los momentos más álgidos de su vida política, casi siempre se dio el tiempo para almorzar con ellos.
Hasta la vista, querido Don Lucho. Lo echaremos mucho de menos.

Manuel Riesco
http://mriesco-politica.blogspot.com/2010/07/corvalan.html


martes, 27 de julio de 2010

COMPAÑERO LUIS CORVALAN, CON TU EJEMPLO, MIL VECES VENCEREMOS



DISCURSO DE GUILLERMO TEILLIER

Queridas compañeras, queridos compañeros, estimada familia, representantes del Senado de la Republica y representantes del cuerpo diplomatico de países hermanos, diputados y parlamentarios. Por favor, siéntanse todos acogidos en este acto de homenaje de nuestro querido compañero Luis Corvalan.

Más de un periodista nos preguntaba mientras estábamos en el ex Congreso si acaso no había partido el último dirigente de una generación de gigantes de la lucha política y social del Chile del siglo XX. Es evidente que nuestro querido compañero Luis Corvalán, como dirigente máximo de nuestro partido, fue protagonista, por más de 30 años, de al menos dos gestas notables que ya están inscritas como parte insoslayable de nuestra historia reciente, que siguen repercutiendo y seguirán influyendo en los destinos de nuestro país por mucho tiempo más.

La primera, la podemos graficar con sus propias palabras expresadas en un acto convocado en la Plaza Bulnes por el Partido Comunista, el 22 de enero de 1970 cuando dijo lo siguiente:

“Trabajadores de Santiago, pueblo de la capital, queridos camaradas, salió humo blanco. Ya hay candidato único. Es Salvador Allende”.

Maestro de oficio, profesor formado en una Escuela Normal de Chile, el compañero Luis Corvalán rápidamente, desde su temprana vida de militante, saltó al periodismo y al trabajo propiamente partidario.

Deja un legado inmenso en este aspecto, porque él fue parte de aquellos que, siguiendo la obra de Luis Emilio Recabarren y Elías Lafertte, construyeron partido y movimiento popular bajo el rigor de una represión anticomunista implacable, pero con la visión clara y precisa, de que en el caso chileno se necesitaba de la unidad de los trabajadores y de los partidos de entonces que los representaban, el socialista y el comunista, más otras fuerzas progresistas e independientes, para conquistar posiciones de gobierno y de poder que permitieran avanzar con un programa de emancipación social para los explotados y oprimidos, un programa de independencia nacional, de soberanía económica y de participación popular.

La construcción del camino de victoria que culminó con la elección del Presidente Salvador Allende demoró casi 20 años, la mayor parte de ellos transcurrieron bajo el período en que Don Lucho encabezó al Partido como Secretario General, cargo que ocupó entre los años 1958 a 1989.

Las profundas trasformaciones que acometió el gobierno popular, en especial la nacionalización del cobre y el término del latifundio, concitaron la alianza de fuerzas reaccionarias internas con la intervención norteamericana que encabezaron Nixon y Kissinger para financiar y promover la desestabilización del gobierno popular, hasta llegar al golpe de estado en setiembre en 1973.



Nuestro camarada Luis Corvalan vivió la amargura del golpe fascista; fue víctima principal de una dictadura que no sólo se conformaba con la detención y la prisión, que le tocó pasar en Isla Dawson y Ritoque. Se enfrentó a una dictadura de la tortura, de la muerte, de la desaparición, de crímenes horrendos de lesa humanidad, que ni siquiera respetó a sus camaradas de armas, en el caso de los militares y que jamás han reconocido su responsabilidad en el caso de los civiles. No se conoce ni de arrepentimiento ni de contrición alguna que permita avalar indultos para crímenes que no pueden prescribir ni ser objeto de amnistía. Por ello igual que todos me permito decir aquí: ¡No a los indultos, No a la impunidad!, No aceptaremos este nuevo crimen contra las victimas de la dictadura.

Bajo la dictadura, la vida de Luis Corvalán siempre estuvo en peligro y sólo la resistencia popular en Chile y una acción internacional permanente y de gran fuerza, impidió que fuera asesinado. Enfrentó estoicamente la prisión y tras un período de exilio retornó a la Patria en 1983 para dirigir la lucha y la resistencia en contra de la dictadura de Pinochet. En ese período, junto a Gladys Marín, y otros queridos y entrañables compañeras y compañeros, encabezó la lucha tenaz del partido y sus militantes mediante la política de la Rebelión Popular de Masas, política de unidad y de lucha que logró desestabilizar a la dictadura de Pinochet y contribuyó notablemente a abrir paso a su desplazamiento y a una transición que aún no termina.

A Don Lucho lo golpeó profundamente la caída de la Unión Soviética. Tenía una estrecha relación y una estrecha cercanía con esa epopeya de los trabajadores y por ello fue un analista profundo y crítico de tal experiencia histórica, desde el stalinismo hasta la descomposición y desaparición del socialismo soviético, sin dejar de reconocer la enorme contribución que se incubó en esa experiencia para el futuro de la humanidad y sin dejar de mencionar los errores propios en lo que pudiera considerarse una apreciación acrítica de la relación con el PCUS, aunque no se puede desconocer como cuestiones de principios que unieron al movimiento comunista, la lucha por la Paz, la derrota del nazismo y el fascismo, la descolonización del planeta, y también las luchas de Liberación Nacional que se abrían paso en el siglo XX en Asia, Africa y América Latina, que difícilmente se hubieran consolidado sin la existencia de la ex Unión Soviética.

Don Lucho estimaba que la continuidad del proceso de liberación se está dando con intensidad en América Latina, en la comunidad de países del ALBA, encabezados por Cuba y Venezuela; en la consolidación de procesos democráticos en Uruguay y Brasil, en la revolución indigenista en Bolivia, en la emergencia del proceso integracionista de UNASUR , entre otros, todas ellas expresiones de independencia y soberanía, que EEUU una vez mas pretende descomponer mediante injerencias ilegítimas como en Cuba, Venezuela y otros países.

El compañero Corvalán, con renovada energía y convicción había asumido la solidaridad con todo aquellos pueblos que sufren el peligro de la intervención foránea, el golpismo, el bloqueo, las campañas de desinformación mediática y hasta la agresión militar. Es uno más de los ejemplos de lucha con los cuales nos sentimos comprometidos. Más aún, nuestro compromiso se extiende a la lucha por la Paz, cuando el mundo se ve amenazado de nuevo por el peligro de una guerra en la que podrían intervenir varias potencias nucleares.



Compañeras y compañeros, es tanto lo que podemos decir sobre la obra y el pensamiento del compañero Luis Corvalán, pero podemos decir que en los últimos años de su vida fue un tenaz promotor e impulsor de la idea de que el Partido Comunista debía retornar al Parlamento.

Muchas veces, en intervenciones en los plenos del Comité Central y en reuniones partidarias, Don Lucho señalaba que ya había pasado demasiado tiempo político sin la presencia de los comunistas en el Parlamento, y que eso era peligroso para la democracia chilena. Tenía muy claro que llegar al Parlamento significaba un hito muy positivo en la construcción de un camino político duro y complejo, que requería amplias alianzas y la ascendente lucha popular para terminar con el legado dictatorial y, como decía Volodia, romper los candados de la exclusión.

Recordemos que como senador de la República encabezó una bancada comunista extraordinaria. Para el golpe, el PC tenía 9 senadores y 25 diputados. Por ello decimos que con justicia alcanzó a vivir la alegría, que la expresó rotundamente, del regreso del Partido Comunista al parlamento después de 36 años, aunque todavía sean 3 diputados.

El compañero Luis Corvalán nos deja varios libros escritos, entrevistas en medios de prensa y medios audiovisuales, un legado riquísimo, de muy profundas enseñanzas para quienes se aboquen a soñar y construir el futuro de Chile.

Escuché con mucha emoción la semblanza que hizo de don Lucho su nieta Andrea. Sólo puedo corroborar que fue un hombre extremadamente sencillo que amó profundamente a su familia, pero que era muy tenaz para sostener sus convicciones. Don Lucho era un hombre que, a pesar de los duros momentos que le tocó asumir, nunca perdió la alegría de vivir, y en estos últimos años supo transmitir esta alegría y este optimismo a los jóvenes, a las nuevas generaciones de comunistas, quizá lo hizo pensando en su hijo Luis Alberto que falleció a raíz de las torturas que le aplicaron en el Estadio Nacional.



Don Lucho nos deja físicamente, pero su legado y su vida de revolucionario nos acompañarán por siempre hacia el futuro. La enorme cantidad de condolencias de Chile y del exterior, la presencia y expresiones de pesar de autoridades nacionales, de personalidades, de jóvenes.

La presencia de la CUT, la ANEF, del Colegio de Profesores, de federaciones y sindicatos de un amplio espectro, de dirigentes estudiantiles, en realidad de casi todos los sectores de la sociedad incluyendo los partidos y movimientos políticos de la izquierda y de la Concertación, los innumerables artículos que se ha escrito en nuestro país y fuera de él, dan cuenta de un sentimiento genuino ante la partida de Don Lucho, un dirigente comunista que por su vida ejemplar es reconocido en Chile y el mundo.

Ha sido de extraordinaria importancia la presencia de miles de personas, de trabajadores, de intelectuales, de profesionales, de gente de la cultura, de artesanos, pequeños empresarios, de los pueblos originarios en especial del pueblo Mapuche muchos de sus dirigentes hoy se encuentran en huelga de hambre son hombres y mujeres que mantienen en alto la esperanza de un país distinto, a pesar del agobio de los despidos, del desempleo, de la catástrofe que ha tocado tan a fondo a los que acudieron de regiones o de las comunas populares y que ven en don Lucho un símbolo de las luchas pasadas, del presente y del futuro. A todos ellos agradecemos su presencia y sus muestras de afecto y solidaridad.

A nombre de nuestro Partido reitero nuestras condolencias y fraternidad a su familia, a sus hijas, nietas y nietos y bis nietas y bis nietos y muy en especial a su compañera de toda la vida, doña Lily , como la conocemos con cariño y aprecio y gran respeto.

Las banderas de los comunistas no se inclinan hoy, al contrario, se levantan con más fuerza, la fuerza infinita de las ideas revolucionarias.

¡Compañero Luis Corvalán, con tu ejemplo, Mil veces Venceremos!.

Intervención del diputado Guillermo Teillier,
presidente del PC, en el funeral de Luis Corvalán
escrito por oficina de prensa
celula.cristina.carreno.nunoa@gmail.com

lunes, 26 de julio de 2010

LUIS CORVALAN DEJÓ UN MENSAJE CON 4 A 5 MIL PERSONAS QUE ASISTIERON A SU DESPEDIDA



El Mercurio hizo un chiste con violación a la verdad: asistieron mil…y dio vergüenza ajena. No es la primera vez., fue y será siempre así, pero alguno de sus herederos le torcerá la nariz para que enderece la conciencia.

POR MARIO GOMEZ LOPEZ

Es una vieja pelea; pues siempre retorció las mentiras, en un juego político mercantilista que es parte de la odiosidad histórica del apellido Edwards a todo lo que represente al trabajador empeñado como en una tienda prestamista, la Vieja Tía Rica.

No es noticia importante, pero si lo es en cuanto a la vieja derecha que no esconde odios retratados en la historia represiva en Chile.

Las cinco mil personas escucharon un macizo discurso del actual secretario general del PC de Chile, sin atisbos de polémica que se salga de la necesidad de aumentar el caudal electoral a lo largo de Chile, para reforzar la política de alianzas con aquellas fuerzas que asumieron posiciones frente a Pinochet y recibieron un corso de barbarie que desecharon y condenaron.

La familia del cronista formaba una corta fila que llegó al congreso nacional cuando los últimos iniciaban el extenso recorrido hasta el Cementerio General. En Avenida La Paz, lejos del escenario, hubo reencuentros con los viejos armadores de páginas y linotipistas de la Imprenta Horizonte, donde salieron El Siglo, la Revista Principios, El Espectador donde Pepe Gómez dirigió su primer diario. Luego la revista Vistazos y cantidad innumerable de clientes obreros, de gremios y fábricas, de poetas y escritores.



Era un grupo lleno de bigotes, me pidieron que nos sacáramos fotos de recuerdos, lo hicimos varias veces y estábamos en la Avenida La Paz, bastante lejos del escenario. Y lo reitero, en un afán de valorizar esa asistencia de gente trabajadora, militantes de muchos años, que son muchos tras la guerra que debieron soportar frente a la dictadura militar.

Y casi como parte de la anécdota de un gran encuentros valioso en todo sentido, escuchar un discurso macizo con tres diputados que unen en experiencias distintas, el valor que tuvieron para preservar al PC como un arma política fundamental en los destinos de nuestro país.

Desde el Congreso Nacional a pie hasta el Cementerio General para recibir de regalo tanta felicidad pura, de esas en que los que faltan, están lejos, o debieron trabajar el sábado y el frío... Cojeo con un dolor en la pantorrilla izquierda y en la noche festejamos los 52 años de mi compañera.

Y hoy tratando de no excederme en mi entusiasmo personal, en el ejercicio histórico de decir algo sobre el diario al cual estoy suscrito y nos hizo tanto daño como también a todos los chilenos. No equivocarse con el enemigo principal, pues cierto, pero que quede claro: Vi a los obreros de la Imprenta Horizonte, a otros trabajadores de la telefónica donde fui obrero y amigos forjados en el exilio y en el asilo en la embajada que nos aceptó cuatro meses después trabajando en Argentina, después Cuba, México y la URSS con un programa radial de lujo dirigida por un gran Premio Nacional de Literatura.



DON LUCHO INVITÓ DESDE SU FÉRETRO A QUE CONVERSARAN SOBRE LA VERDADERA DEMOCRACIA

Por Mario Gómez López (Recordando el velorio de Luis Corvalán)

Desde una hora antes del mediodía, el Senado parecía inflar sus vivencias para recordar que ese no era el lugar oficial que ahora, más lejos de su pueblo y de su historia, acoge a los senadores que deben cumplir su deber de elegidos así como cumplió ese hombre de grandeza envidiable, de talla chilena, de honor de postergado en una nación que reparte mal, que vende nuestras riquezas, que se aplaude a si misma, en un embarazoso juego de letras como si el periodismo se hubiese acabado y ahora sólo existen los poderosos triunfadores en el ring de percal con música de Strauss. Bien sabemos que ese salón del poder popular está en Valparaíso por orden de un dictador uniformado de color sangre.

TODOS SE SALUDAN

Me encuentro con los máximos dirigentes del PC cerca de la entrada y el abrazo es instantáneo. Pienso que han confirmado que fui siempre un gran amigo de don Lucho, de los comunistas, como lo fue mi hermano mayor y profe, el Pepe Gómez.

Pero ya en la zona, más encuentros en la esquina izquierda de un sofá largo. Me abraza, nos sofocamos en el apretón después de muchas jornadas en que estuvimos sin vernos. Andrés Aylwin, un demócrata cristiano limpio, trasparente, un ejemplo entre los suyos y muchos respeto entre sus aliados. “Me fui a vivir con mi señora a un departamento después de tantos años viviendo en una casa grande. Y estamos felices, con una señora que nos ayuda a mantener lo que corresponde y salvar la vejez de nuestros recuerdos en un santuario que ella, mi esposa, se merece.”



Pero esa intimidad -con don Lucho Corvalán a tres metros de distancia- debía ser así, porque todos en el salón estábamos con él, con lo que representa con su vida el día de su muerte. Pero la vida queda, entre la joven guardia de la bandera roja que rodea con prestancia y tristeza a don Lucho.

Me reencontré con muchos viejos amigos, con la hermana de mi mejor amigo, Miguel Budnik, asesinado por un microbús loco, falla de fábrica que sólo castiga a los choferes,

Regreso a mi barrio, leo los titulares de los diarios y en especial del que sale al final de la cola de la venta, más avisos que noticias. Y me encuentro con un titular que casi me noquea enviándome al suelo.

En esta despedida a don Lucho Corvalán: ¿Qué es el periodismo? Porque está a la vista de quienes pasan por Irarrázaval, no pueden evitar sorprenderse, Dice en color rojo, en cuatro pisos, lo siguiente; PAPELERA, LUKSIC Y LAN. TOP EN RANKING DE EMPRESAS MÁS RESPETADAS.

Esto es verdad, no es un ATAQUE ATROPELLADO A LOS ENSALZADOS en letras rojas.

Invito a dos estudiantes a que lean el titular. ¿Qué les parece? Yo creo, señalo, que el periodismo vende como atracción mayor noticias, pero no felicitaciones porque el esposo de una señora en Pirque la besa en la casa y la besa en la calle o el Presidente se entrena en un club privado para enfrentar próximas reuniones internacionales.

Subo a mi cuarto piso, ascensor, sin música y todo automático. Y no está mi esposa que es periodista para plantearle la novedad del año.

domingo, 25 de julio de 2010

ANDREA INSUNZA DESPIDE A SU ABUELO LUIS CORVALAN: SEGUIR EL CURSO DE LA VIDA EN MEDIO DE LA TORMENTA



Hace un tiempo atrás, cuando se celebraba el 97 aniversario del partido, mi abuelo le comentó a mi madre que planeaba vivir los siguientes tres años, hasta celebrar el centenario del PC. Con eso, le dijo, se daba por satisfecho.

Mi abuelo era así. No es que expresara una ambición desmedida, pues era ante todo un tipo humilde y realista: lo que ocurre es que él vivía por y para el partido, y esperaba, entonces, celebrar los 100 años de la organización a la que dedicó su vida. En rigor, y esto lo sabemos todos, por esa pasión arriesgó literalmente su vida y pudo haber muerto mucho antes. Pero zafó. Y quizás por eso, aunque ya tenía 93 años vividos en plenitud e intensamente, nos tenía acostumbrados a sentir que era, de alguna manera, inmortal. Que estaría siempre en casa, aprovechando el parrón en el verano, refugiándose en su escritorio durante el invierno, escribiendo sus libros, obligando a la abuela a poner más puestos en la mesa para recibir a los viejos y nuevos amigos, y compartiendo con sus hijas, yernos y nuera, nietos y bisnietos. Por eso, quizás, nos cuesta tanto acostumbrarnos a la idea de que no volveremos a verlo más.

Mi abuelo fue, ante todo, un tipo sencillo y honesto en su sencillez. Nació en una familia humilde y admiró profundamente a su madre Adelaida, pues fue ella quien se hizo cargo de criar a cinco hijos abandonados por el padre cuando mi abuelo tenía apenas 5 años. De ella aprendió a nunca darse por vencido, pues la bisabuela Adela, una mujer que no sabía leer ni escribir, tomó las riendas del hogar, se hizo costurera a domicilio, alimentó a sus hijos, y los educó para socorrerse mutuamente. Siempre, y hasta el miércoles en que nos dejó, mi abuelo tuvo cerca el retrato de su madre, y siempre manifestó un profundo agradecimiento hacia sus hermanos y, especialmente, hacia sus hermanas, quienes lo ayudaron con enorme fidelidad.

En un hogar en que no se celebraban los santos, los cumpleaños, la pascua, ni el Año Nuevo, mi abuelo aprendió desde niño a lidiar dignamente con la escasez. Quizás por eso prefería el pipeño al buen vino, la comida casera a los restaurantes, la huerta propia y los corrales de pollos y cerdos, antes que el supermercado, en fin, la vida sencilla y austera a la que nunca renunció. Decía él que había que enseñar con el ejemplo, y así lo hizo.



Mi abuelo se comprometió con los más humildes desde pequeño. Él contaba que la única vez que contrarió a su madre fue cuando ella le reprochó que jugara con niños aún más pobres que él. “Pero mamita, -le dijo- ¿le gustaría a usted que otra madre le dijera lo mismo a su hijo que hace amistades conmigo?”. Después vino la Escuela Normal, su ingreso al PC, y la carrera política que todos ustedes conocen. Su gracia, para nosotros, es que era de verdad un comunista en toda la línea. Él no sólo fue parte de su pueblo, no sólo se puso del lado de su pueblo, y no sólo lideró cuando le tocó liderar. Mi abuelo, ante todo, creyó en su pueblo. Confiaba en él, lo respetaba, le reconocía sabiduría, y eso explica que se embarcara en el proyecto en que se embarcó: uno que descansó en el aprendizaje, el compromiso, la organización y la movilización social y democrática, buscando la unidad y la amplitud. Él creía en la máxima de convencer para vencer y eso hizo: fue un Republicano con vocación de mayoría.

Es cierto. El Tata vivió por y para el partido, y tuvo la fortuna de toparse con mi abuela, una mujer criada entre comunistas, lo que le facilitó las cosas: pudo desplegar su convicción sin límites, involucrando a la familia entera, aunque sin nunca descuidarla. Porque el abuelo, en las duras y en las maduras, estuvo siempre preocupado de lo que él llamaba la “retaguardia”: mi madre y mis tías recuerdan que en los años en que el Partido crecía, cuando él era secretario general y parlamentario, siempre se las arregló para almorzar o comer en casa. Cuando no pudo estar con ellas, cuando fue relegado en el gobierno de Ibáñez, cuando tuvo que fondearse en el de González Videla, después del Golpe, durante el exilio, y cuando regresó clandestinamente a Chile el ’83, también estuvo presente, a pesar de la distancia.



Hay una escena notable que refleja esto: exactamente diez días después del Golpe, cuando mi abuelo se encontraba clandestino y era intensamente buscado, se celebraba el cumpleaños de mi abuela Lily y mi tía Viviana, ambas nacidas un 21 de septiembre. Por seguridad, mi abuela se alojaba en otra casa, mientras Viviana lo hacía en un departamento. Nunca supieron cómo lo hizo, pero el hecho es que esa mañana, en la puerta de estos improvisados refugios, apareció la mitad de una torta de cumpleaños para cada una de ellas. En esos momentos críticos, riesgosos, oscuros, él les hizo saber que estaba bien y les hizo llegar un mensaje de cariño.

Después, cuando cayó detenido y pudo iniciar contacto por correspondencia, siguió siendo un activo esposo y padre. He leído esas cartas muchas veces, porque me emociona constatar cómo mis abuelos construyeron una familia así de sólida en medio de tanta adversidad. En esas cartas él parte por tranquilizar a la familia diciendo que está bien y pide algunas cosas –ropa, remedios, cigarros y libros, principalmente-. Pero rápidamente se extiende en lo que le importa: manifiesta su preocupación por si mi abuela cuenta con lo necesario para vivir y propone una serie de soluciones, como tramitar su jubilación; pregunta por Luis Alberto, entonces prisionero en Chacabuco, y por Ruth y Diego, su primer nieto; le preocupa que a María Victoria le vaya bien en el colegio, y se fija hasta en sus notas: la felicita por las buenas, pero le pide mejorar en matemáticas, y hasta le aconseja que durante las vacaciones haga ejercicios y escriba una plana diariamente; a raíz de la expulsión de Viviana de la Universidad, le señala que si no es posible que retome sus estudios como profesora de danza busque otra alternativa, aunque sea temporal, pero le insiste en que por ningún motivo deje sus estudios –“nosotros no tenemos nada, eso es lo único que podemos dejarles”, le escribe a mi abuela en una carta-; y, finalmente, a mi madre, Lily, la insta a seguir adelante con sus planes de matrimonio aunque él no pueda estar presente y le señala que no espere a su liberación para tener hijos. “En cuanto a otro nieto –le escribe- no esperes que pase el tiempo. En medio de la tormenta la vida debe seguir su curso. Tú no habrías nacido si tu mamá y yo pensáramos de otro modo”.

Tres años estuvo preso y él se mantuvo firme, repitiéndole a mi abuela y a sus hijas, “que nada ni nadie podrá hacer mella en mi moral”. En esas circunstancias vivió el peor de los dolores para un padre: en apenas unos minutos mi abuela fue autorizada a informarle del fallecimiento de su hijo mayor, Luis Alberto. Nunca me he explicado muy bien cómo lo logró, pero el hecho es que el abuelo –y la abuela, mi mamá y mis tías- le echaron para adelante y Ruth, la viuda de Albertito, pasó además a ser una quinta hija.



Las dictaduras, lo sabemos todos, son sinónimo de horror, de muerte y de exterminio. Pero tienen otro efecto sutil, casi imposible de mensurar: la alteración de la vida cotidiana, de la vida familiar.

Piensen ustedes que a raíz del Golpe mi abuelo no pudo asistir al funeral de su hijo; no estuvo con sus dos hijas mayores cuando se casaron; y durante años tuvo que conformarse con ver a sus nietos mayores sólo esporádicamente: Dieguito nació a fines del ’72, y tiempo después del Golpe partió al exilio junto a su mamá; yo nací el ’75 y mi abuelo me conoció en un campo de concentración; del nacimiento de mi hermana Ximena se enteró en Moscú y la conoció años después, cuando viajamos a verlo.

Afortunadamente, estando en la Unión Soviética, sí asistió al matrimonio de María Victoria con Rodrigo, y disfrutó del nacimiento de su nieta Adela, con quien compartió sus primeros años. A Julieta, en cambio, la mayor de María Victoria, la vino a conocer en Chile, pues él ya había ingresado clandestinamente al país cuando su quinta nieta llegó al mundo.


Mi abuelo valoraba profundamente la familia. Con los años tomó contacto con sus hermanastros. También acogió a la familia de mi abuela: vivió con su suegro y quiso mucho a la tía Irma. A los yernos los trataba con cariño y respeto, aunque siempre diciéndoles que no cabía mayor efusividad, pues se habían quedado con lo mejor que tenía: sus hijas.

El abuelo tuvo que hacer muchos sacrificios. Aunque ingresó a Chile clandestinamente en 1983 –dejando a su familia en Moscú- recién a fines de los ’80 tomó contacto con la única hija que estaba en Chile: mi mamá. Entonces mi hermana y yo lo conocimos de verdad, en El Quisco, cuando parecía un hermitaño, y comenzamos a visitarlo con alguna frecuencia. Él disfrutaba esa cercanía. Por eso, también, una vez recuperada la democracia, el abuelo resolvió vivir en Chile con una de sus hijas cerca, para así disfrutar a las nietas menores: a Julieta, que llegó al país con apenas un par de años, y a Irina y Catalina, quienes nacieron finalmente en la patria. De todos nosotros se preocupó siempre. Tolerante, como pocos, nos dejó seguir nuestros caminos lejos de la militancia política, algo que estoy segura le dolió en alguna medida, aunque nunca escuchamos un reproche de su parte. Con las nietas menores tuvo oportunidad de chochear, de aconsejarlas, de regalonearlas. Hasta hace no muy poco, por ejemplo, llevaba a la pequeña Catalina hasta el jardín infantil o la iba a buscar.



Pero le faltaba algo. Su felicidad fue enorme cuando supo que Adelita estaba embarazada, y más grande aún cuando se enteró de que el nieto sería hombre. No satisfecho con eso, hace cuatro años, cuando mi primo Diego visitó Chile para celebrar los 50 años de matrimonio de mis abuelos, le dijo que era hora de sentar cabeza, de buscar una compañera, de hacer familia, y de tener hijos. Lo logró: en 2009 nació su segunda bisnieta, Numa Tlaneci. Hoy Dieguito está en México, construyendo su casa con sus propias manos, tal como el abuelo lo hizo tantas veces.

Todos nosotros nos enamoramos de mi abuelo y lo admiramos a rajatabla. Hicimos lo posible porque se sintiera orgulloso de nosotros, y aunque sabemos bien que no hay cómo llegarle ni a los talones, seguiremos buscando la forma de honrarlo.

Abuelo querido: no será nada fácil acostumbrarnos a vivir sin ti. Pero empezaremos por acoger tu consejo: seguir el curso de la vida en medio de la tormenta.

Andrea Insunza

DIEGO CORVALAN DESPIDE A SU ABUELO, EL LEGENDARIO DIRIGENTE DEL PC CHILENO, LUIS CORVALAN



Traigo luto compañeros
ya se murió quien yo amaba
dejenme llorar que quiero
a ver si llorando acaba
este dolor lastimero...

...y como no llorar si el cielo en la tierra entera se cae en llanto de seguir viendo como sus hijos los hombres y mujeres
de todas las latitudes no hemos entendido aun la importancia de las cosas más sencillas y simples de la vida.



Don Luis, Don Lucho Corvalán, Tatita lindo hermoso parece ayer cuando con tus pasitos cortitos y tu trompita parada nos fuiste a buscar y a despedir con mi amá al aeropuerto de Santiago, cuando les llevamos a presentar a ti y a la incansable y omnipaciente abuelita Lily, a la familia, a la cordillera y a la tierra que me vio nacer, a la luz que alumbra mi caminar, al primer intento de que el apellido tuyo no quede fuera de los Registros Civiles, pero nos salió chancleta diria tu boca.
y como dicen por ay ¨bendito entre las flores sigue siendo mi destino¨.



Te juite viejito y me dejas con el pendiente de seguirle echando palante hasta que lleguemos al varón que si pueda no solo portar tu apellido si no también alguno de tus nombres, pero más aun y sobre todo tus valor, tu sentido, tu entrega y consintencia, tus ojitos pispiretos y tu picardía, TU AMOR POR LO SENCILLO Y LO HERMOSO DE LA VIDA.

Parece ayer cuando sin pedirte ninguna opinion después de escuchar los sones y cantares de estas tierras que me han visto crecer me decías: yo te apoyo y te apoyaré en el camino que tu elijas, pues tengo la certeza que serás feliz entregando tu vida a lo que crees, así como yo la he entregado al partido.

Y así es, el ser revolucionario no está en elevar plegaria, ni en el culto a la personalidad de tal o cual, no está solamente en la militancia politica, está en el día a día, está en lo que comemos, en cada paso que damos con el corazón y la conciencia juntos, está en hasta donde nos seguimos dejando llevar por la corriente y absorver por un sistema desquiciado esclavizante e incoherente, eso lo hablamos y lo entendiste, lo reconociste en mi cantar, pues como el sub Marcos alguna vez comentó: cada quien desde su trinchera o ¨cada chango a su mecate dijeran¨.

Que viejo más tremendo que eres que no me pediste buenas notas en el colegio sino que pudiste escuchar en las notas de mi jarana, el cantar de las aves y del monte, mismos que acompañaron tu infancia y que siento como si hubiera crecido a tu lado, criando gallinas, sembrando, mojándonos bajo esta lluvia, empapándome de tu sabiduría de tu gusto de comerle el pellejo y los ojos al pescao y acompañao de un pipeñito.

Ahora te vas mas allá pero la vida sigue y se renueva, y el cielo llora pero el campo reverdece y de acorde a los ciclos de la naturaleza la familia crece.



Ahora con mis manos, mi compañera y la pequeña Numa Tlaneci construimos nuestra casa de tierra cruda y madera, asi como la Maria Victoria nos contaba ese recuerdo tan lindo de su infancia cuando con tus manos hacías esa casita rosada para la familia. No la mandamos hacer a gusto del cliente, ni mucho menos nos embarcaremos en uno de esos créditos bancarios que solo llevan a la ruina a las familias, por que no creemos en eso Tatita, creemos en el amor y en su infinita fuerza y en que solo juntos se pueden hacer las grandes obras.

Hoy regresas al sitio de donde todos venimos
hoy nutrirás de nuevo los suelos de ese Chile tan lastimado
hoy te veo sonriendo juntos con mi papito como en esa foto afuera del liceo
recibe la bendicion de la lluvia
recibe el amor que desde México y tantos otros lugares te enviamos
fuiste y eres luz que alumbre el camino
fuiste fruto que semillas sembró
ahora eres semilla que frutos dará



Hasta siempre Tatita lindo

Diego Corvalán Vúskovic, Mariel Henry Rojo y Numa Tlaneci
Chalmita estado de México 22 de julio 2010