miércoles, 1 de agosto de 2007

Felices 60 querido Luis Alberto Corvalán


Felices 60 querido Luis Alberto Corvalán

Este jueves 2 de agosto nuestro querido Palomo, Coné, amigo, compadre, compañero de curso, hijo, hermano, esposo, papá, cuñado, tío y tío abuelo cumple sus 60 años.

Por eso, sus amistades, parientes, compañeros de liceo y de universidad, camaradas de lucha y de prisión, padres, esposa, hijo, hermanas, sobrinas, sobrino nieto, tíos, primos y cuñados te decimos tremendamente emocionados:

¡FELIZ CUMPLEAÑOS LUIS ALBERTO!

Por eso tu imagen se levanta como una leyenda, siempre joven, sonriente, bromista y sabia, rompiendo el tiempo y diciéndonos hoy, palabras de aliento, de amistad, de ternura y de amor.

Eres un joven de 60 y este mes de agosto del gato y el próximo septiembre de luchas y recuerdos, lo dedicamos a ti, a tu presencia gigante, por las cosas que hiciste, por tu aporte como el hijo y hermano mayor de esta familia que te quiere y echa tanto de menos.

Has llenado nuestras vidas de una energía muy especial, cálida y alegre.

Ahora estás renaciendo en tu libro y en la película que protagonizaste, donde revive tu palabra y tu imagen que no envejeció nunca.

Tus ojos nos miran muy profundamente, con un cariño que nos traspasa y llena al alma, que hace latir nuestros corazones con latidos Corvalanes.

Este 2 de agosto en la casa de tus padres hay una torta y un montón de velas que llenan de luz y calor nuestras vidas y junto a ti las soplamos, pero que no se apagan nunca, porque tu no nos dejas y bromeas desde lejos y muy de cerca, hasta hacernos sentir un escalofrío de emociones.

Tus amigos han llegado de todas partes a verte, a darte el abrazo que mereces, a agradecer las palabras de estímulo que nos dabas cuando estuvimos caídos, pero jamás vencidos.

Recordamos tu veloz ingenio, tu hermosa sonrisa, el eco de tu risa, tus ojos cuando te emocionabas y te alegrabas, tu voz tan particular diciendo palabras tan amorosas a tu madre.
Estimulando hoy a tus hermanas ya madres, profesionales y maduras, bromeando con tus amistades y compadres, ironizando a tus pelados cuñados, diciendo lo lindas e inteligentes que son tus sobrinas, abrazando entrañablemente a tu hijo músico, meciendo a tu sobrino nieto el más chico de la familia y poniéndote serio-chacotero con tu padre que ya se acerca a sus 91 y haciendo un minuto muy tierno y profundo, besando y mirando a lo profundo de los ojos de tu amada Ruth.

Estás aquí nuevamente con nosotros, en un encuentro inolvidable porque tienes unos 60 que no se notan nada, porque sigues igual, eternamente joven, como nuestra leyenda más querida y hoy levantamos nuestras copas para decirte
¡SALUD LUIS ALBERTO!
Y gracias por la energía de vida que nos das, para seguir en la pelea y firmes con las convicciones con que hemos vivido toda la vida, que compartimos contigo ayer, hoy y siempre, y con las cuales también moriremos, siendo siempre humanistas, provocadores, críticos y constructores.
Vuelves en tus 60
Con cenizas,
con desgarros,
con nuestra altiva impaciencia,
con una honesta conciencia,
con enfado,
con sospecha,
con activa certidumbre
pongo el pie en mi país,
y en lugar de sollozar,
de moler mi pena al viento,
abro el ojo y su mirar
y contengo el descontento.
Vuelvo hermoso,
vuelvo tierno,
vuelvo con mi espera dura,
vuelvo con mis armaduras,
con mi espada
mi desvelo,
mi tajante desconsuelo,
mi presagio,
mi dulzura,
vuelvo con mi amor espeso,
vuelvo en alma
y vuelvo en hueso
a encontrar la patria pura
al fin del último beso.