jueves, 24 de marzo de 2011

ARQUITECTO MIGUEL LAWNER RESPALDA A MICHEL CARTES, QUIEN PROPONE PASAR DE LA MEDIAGUA A LA MEDIA CASA


DE LA MEDIAGUA A LA MEDIA CASA

DE LA PRECARIEDAD A LA DIGNIDAD

DEL INDIVIDUALISMO A LA SOLIDARIDAD

DEL NEGOCIO AL BENEFICIO.

Miguel Lawner
23.03.2011.

Ayer participé en el lanzamiento del libro
“De la Precariedad a la Dignidad. De la mediagua a la mediacasa”.
La publicación describe la reconstrucción de 40 viviendas en la localidad de Coronel, dañadas por el terremoto del 27F. Las obras se iniciaron en Julio del año pasado y concluyeron en Diciembre de ese mismo año.

La iniciativa fue impulsada por SEPADE, (Servicio Evangélico para el Desarrollo), corporación de derecho privada, sin fines de lucro, de origen y vocación evangélica y ecuménica.

El acto tuvo lugar en la acogedora sede del SEPADE, ubicada en una de las alas del centenario Hospital San José. Fue una ceremonia austera –yo diría humilde- , sin alardes publicitarios, pero desbordante de humanismo, al conocer un video que muestra el proceso de construcción e instalación de las viviendas, y que culmina con los emotivos testimonios de las familias beneficiadas.

SEPADE solicitó el respaldo del Comité Intereclesiástico de Emergencia de Chile (CIECH), que logró el financiamiento del proyecto por parte de ACT Alianza. ( )
Los fondos proporcionados por esta institución, alcanzaron a la suma de tres mil dólares por vivienda, equivalentes actualmente a $ 1.440.000.- que corresponden a UF 67.



El equipo zonal de SEPADE Concepción asumió la gestión general del proyecto y el diseño de arquitectura se encargó a la oficina Think Factory Arquitectos, dirigida por el colega de Chillán Michel Cartes , titulado en la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Bio Bio.

Se optó por localizar las obras en Coronel, ciudad de 95.000 habitantes, que a raíz del terremoto resultó con 3.300 viviendas dañadas, de las cuales 1.330 fueron declaradas inhabitables.

El desafío fue proponer una solución habitacional que significara un avance respecto a lo ofrecido hasta ahora en Chile durante las emergencias
Los promotores del proyecto estaban animados por el convencimiento de que las familias damnificadas tienen el derecho a recibir una solución digna.
“Así llegamos a la propuesta de la mediacasa; modelo habitacional de emergencia, no desechable, confortable y seguro, concebido como la primera parte de una vivienda definitiva.” ( )

Los arquitectos se plantearon la tarea de proveer el mayor confort posible: técnico, acústico, de seguridad, estanqueidad, salubridad y estético, en el marco de los recursos disponibles.
De esta manera, diseñaron una unidad habitacional en madera, de 3 x 8 metros, levantada sobre pilotes de hormigón. Todos los revestimientos exteriores y los pavimentos son en piezas de madera seca tinglada o machihembrada de primera calidad, revestimientos interiores y cielos se especifican en planchas de madera prensada; la aislación térmica en los muros consiste en planchas de aislapol de 30 mm. y de 100 mm. en los cielos, y los paramentos exteriores se protegieron mediante una capa de capa de fieltro asfáltico de 10 libras.

La obra fue un modelo de participación tanto de las familias involucradas como del Municipio de Coronel, institución con la cual se fijó un convenio que estableció los siguientes compromisos a cumplir por parte del Ayuntamiento:



- Selección de las familias beneficiadas
- Apoyo profesional para evaluar la viabilidad de cada terreno.
- Proveer camiones para el traslado de los paneles desde el centro de
acopio hasta cada terreno.
- Mano de obra para la instalación de los poyos de fundación y para
algunas labores menores.
- Acompañamiento técnico durante la construcción y
- Aportar colchones para las camas.

Las familias beneficiadas se comprometieron a
- Colaborar en la toma de decisiones de ubicación, demolición, y desarme de las viviendas afectadas.
- Aplicar el color en puertas y ventanas.
- Efectuar terminaciones de la vivienda: Aplicar impermeabilizantes, pinturas de puertas y ventanas, barnices, etc.
- Colaborar en la habilitación del terreno, limpieza y mejoramiento, todo esto previo a la instalación de la mediacasa.
- Colaborar con los trabajadores que construirían su mediacasa.
- Cuidar su nueva vivienda.

El procedimiento empleado, activó las múltiples potencialidades que abre un proyecto participativo. Como se operó sobre los terrenos de cada familia damnificada, la solución maximizó la utilización de todo lo aprovechable con posterioridad a la daños generados por el sismo. En algunos casos, lo único que había sobrevivido era la caseta sanitaria, y en consecuencia, la mediacasa se emplazó adjunta a este cuerpo. En otros casos se añadió a un ala de la casa existente evaluada como recuperable. Algunos destinaron la solución a la zona de dormitorios, otros a estar comedor y cocina.

En definitiva cada solución tuvo un emplazamiento diferente, adecuado a la diversidad de las situaciones existentes, y a las prioridades establecidas por cada familia.
La modalidad solidaria de la iniciativa despertó apoyos insospechados. Una empresa privada proporcionó los materiales necesarios para dotar las viviendas con algunos mobiliarios tales como estantes, literas o muebles de cocina.
Estudiantes del Centro Educacional de la Madera(CEM) y del Liceo Industrial de Temuco, se organizaron en talleres extraprogramáticos, para diseñar y confeccionar gratuitamente los prototipos del mobiliario, en concordancia con el proyecto de arquitectura.
Finalmente, las faenas concluyeron con la plantación de un árbol, al amparo del cual las familias habrán de recordar esta acción solidaria que marcará sus vidas para siempre.
“Junto con entregar la mediacasa, hemos querido plantar un árbol en cada una de ellas. A través de este árbol, haremos entrega oficial de la vivienda a cada familia, será nuestro certificado y su crecimiento representará el puente entre ellas y nosotros.” ( )

El resultado obtenido es un producto del amor y la solidaridad.
Además del beneficio otorgado a cada familia damnificada, el barrio donde residen mantiene su identidad y se enriquece con un mejoramiento armónico con el entorno.

Diseño propuesto para la mediacasa.

Nada de esto es posible en el marco de la actual producción de viviendas vigente en Chile. El sistema del subsidio individual no fue concebido para solucionar las demandas habitacionales, sino que como un mecanismo destinado a transformar la vivienda en una mercancía.

A un año de la catástrofe, son muy escasas las obras de reconstrucción de viviendas. Los damnificados deambulan con el certificado del subsidio en sus manos sin saber como materializarlo.
Su única alternativa es recorrer el mercado habitacional que le ofrece diversos modelos de casas tipo prefabricadas promovidas por el MINVU.
La variedad de tamaño de los predios, -normalmente bastante exiguos-, dificulta la instalación de dichos prototipos, y cuando llegan a calzar, suelen violar alguna de las normas vigentes en cuanto a separación de las medianeras, orientación de los recintos o rasantes.
Qué decir de coordinar con los restos de la edificación existente salvados del desastre. La casa tipo los ignora. Es un injerto ajeno a ellos y a su entorno.

La fórmula del subsidio tal como opera hoy día, puede ser adecuada para aplicarse en desarrollos inmobiliarios normales, en los cuales los postulantes carecen de sitio propio y les resulta indiferente su instalación en una u otra zona. A lo sumo aspiran a permanecer dentro de los límites de la comuna en la cual residen.


Diferentes opciones de ampliación de la mediacasa, y detalles constructivos.

La emergencia, en cambio, se caracteriza por los siguientes factores:

a)Las personas afectadas están instaladas en un sitio bien determinado y salvo excepciones, solo aceptan una solución en dicho lugar,
b)El cuadro de viviendas afectadas se caracteriza por su diversidad. Algunas quedaron totalmente destruidas, otras parcialmente o con daños menores. Lo racional es evaluar y diseñar la respuesta adecuada para cada caso. Ofrecer una respuesta única constituye un despilfarro de los recursos fiscales.
c)Las unidades habitacionales dañadas no están agrupadas y se encuentran dispersas en un determinado territorio. Este factor hace inviable la intervención de la gran empresa que rehusa operar en tales condiciones y que tampoco acepta construir con los moradores instalados en la misma faena.


Imagen de la casa y testimonio de la familia Báez Palma

He propuesto con anterioridad la creación de Sociedades Mixtas entre los Municipios y los respectivos SERVIU, instituciones a las cuales el MINVU les entrega la administración de los fondos destinados a la reconstrucción, que deberán variar en conformidad con las evaluaciones técnicas de cada caso. Estas Sociedades, como también puede hacerlo una ONG o una EGIS, contratan a empresas constructoras medianas o pequeñas, que operan mediante el tradicional sistema de estados de pago conforme al avance de las obras.

Se reproduce así la exitosa experiencia participativa y solidaria aplicada con las 40 familias de Coronel, que estoy seguro convoca a la colaboración de miles de jóvenes profesionales así como de las universidades, transformando las faenas de reconstrucción en una auténtica fiesta.

Al término de la ceremonia de lanzamiento del libro ya mencionado, felicité calurosamente a Michel Cartes, joven profesional a cargo de la hermosa experiencia impulsada por SEPADE, ejemplo de un profesional capaz de liberarse del veneno inoculado por el neoliberalismo en la formación y en la práctica del noble oficio de la arquitectura.
Le manifesté que daría a conocer su experiencia al círculo de colegas a los cuales remito mis reflexiones y a quienes entregaría su correo electrónico en la eventualidad que quisieran contactarlo.
Aquí va:

mcartes@thinkfactory.cl

Digamos a manera de colofón que, contrariamente a las leyes de Murphy, las cosas que van mal, siempre pueden mejorar.


El libro trae el testimonio de las 40 familias favorecidas con el proyecto de SEPADE: