jueves, 10 de julio de 2008

CORVALAN ALERTA LOS PELIGROS DE UN GOBIERNO DERECHISTA EN CHILE


CORVALAN ALERTA LOS PELIGROS DE UN GOBIERNO DERECHISTA EN CHILE

Hay que producir cambios ahora, o se sufrirá una derrota que se pagará caro, porque un gobierno de Sebastián Piñera significará la privatización del cobre, el término de los procesos a los violadores de los derechos humanos, la defensa de la herencia de Pinochet y dejar fuera de la ley al partido Comunista.

El ex senador Luis Corvalán durante el lanzamiento de su libro, “LOS COMUNISTAS Y LA DEMOCRACIA”, pidió a Guillermo Tellier, presidente del Partido Comunista, jugarse a fondo para evitar que la derecha tome el poder político en Chile y trabajar para que los culpables de crímenes de la dictadura sean castigados por la justicia, sobre todo a la luz del descubrimiento en Paine de fosas donde estaban ocultos restos de 300 detenidos desaparecidos ejecutados durante la tiranía pinochetista.

Esta nueva obra de Corvalán fue lanzada en la Central Unitaria de Trabajadores, por el ex ministro Jorge Arrate, por Paulo Slachevsky, cofundador de LOM ediciones y por el timonel del PC, en un acto con contó con el canto del artista Max Berrú y su conjunto, y con la presencia de destacadas personalidades, entre ellas Isabel Margarita viuda de Letelier, el ex ministro Aníbal Palma, los ex diputados Jorge Insunza y Carmen Lazo, la ex ministro de cultura de la RDA, Margot Honecker, el premio nacional de literatura, José Miguel Varas, el ex director de la Corporación de Mejoramiento Urbano, Miguel Lawner, Fernando García Bielsa, consejero de asuntos políticos de la Embajada de Cuba, Silvia Aguilera de Lom Ediciones, y un numeroso grupo de amigos y compañeros del nonagenario dirigente comunista, que llenaron la sede de la CUT.



Este evento no fue cubierto por los medios informativos del país, a excepción de Radio Nuevo Mundo y de la honrosa presencia de periodistas que concurrieron a título personal, en lo que se evidencia el propósito de silenciar el pensamiento de una distinguida figura de la política chilena, reconocida mundialmente.

Guillermo Tellier señaló que Chile no puede seguir como está y que hay que cambiar la constitución política del país y la institucionalidad heredada de la dictadura.
Añadió que el PC se reunió con José Miguel Insulza, Secretario General de la OEA, donde se le hicieron presentes los puntos de vista del PC ante la actualidad política.

Indicó que sin esos cambios fundamentales no habrá verdadera salud para todos, ni una mejor educación, ni leyes laborales justas, ni se terminará el sistema electoral binominal, que mantiene en el parlamento el empate permanente y los quórum calificados que evitan los cambios que la nación necesita.

Remarcó que los acuerdos del gobierno con la derecha dejaron en nada la discusión que realizó la comisión presidencial que estudió las reformas que la educación precisa. Por eso se necesitarían 100 años para hacer el cambio efectivo que todos reclaman.



Dijo que si el movimiento social no los obliga, no se harán los cambios que la sociedad exige con urgencia, por eso hay que juntar fuerzas para echar abajo la institucionalidad vigente.

Indicó que Juntos Podemos Más y la Concertación pueden dar pasos para echar a muchos alcaldes de la derecha y el PC ganar algunas alcaldías.

Sin embargo advirtió que no hay voluntad política para esos cambios, por eso hay que obligar a que se realicen cambios o se va a producir una derrota que habrá que pagar caro, ya que un gobierno de derecha y una victoria de Sebastián Piñera significará la privatización del cobre, el término de los procesos a los militares violadores de los derechos humanos y mantener la herencia de Pinochet y hasta dejar fuera de la ley al partido Comunista.

Tellier insistió en que hay que dar la batalla para imponer las reformas que permitan romper los candados del sistema electoral binominal, que hace profundo daño al país.

Concluyó que esas reflexiones están en el libro de Luis Corvalán, que es profundamente democrático y que entrega señales de cómo hay que trabajar en el futuro para alcanzar una sociedad más justa.

sábado, 5 de julio de 2008

LUIS CORVALAN Y LA DEMOCRACIA

LUIS CORVALAN Y LA DEMOCRACIA



CORVALÁN, UN AUTÉNTICO DEMÓCRATA

A sus casi 92 años, el ex senador Luis Corvalán, da una nueva demostración de su capacidad como escritor e historiador, al presentarnos este miércoles 9 de julio a las 19 hrs. en Alameda 1346, Salón de Honor "Manuel Bustos" de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, su último libro, publicado por LOM Ediciones :

"Los Comunistas y La Democracia"

Hace más de un año que, como dicen sus regalonas nietas, el Tata Lucho viene trabajando en su computadora en este libro, que ha escrito y reescrito, leído y releído, en su sencilla cabaña de troncos de eucaliptus.

Y la gracia es que en esta tarea, don Luis tiene muy pocos ayudantes o ayudantas, el mismo escribe y luego le pide a su secretaria Lily que haga uno u otro arreglo.
También explota en la tarea correctora a la fotógrafa y chofera Hilda López.
Otras veces a su estudiosa nieta Julieta.
Y siempre junto a su Lides Gladys, su mujer de toda la vida, firme en su puesto.



Don Luis madruga casi todos los días. Despierta muy temprano y como fiel auditor pone la Radio Nuevo Mundo y se entera de lo que pasa en el país. También lee el diario, piensa, reflexiona. Toma su bastón y se va a dar una vuelta por su barrio y mira el resto de los titulares de la prensa, en el kiosco más cercano de su casa.

Su hogar siempre está abierto para sus compañeros, amigos, jóvenes y periodistas que deseen saber algo de la historia de este país.



Recibe correos electrónicos de todas partes del mundo, que lo mantienen informado de las copuchas, las noticias, las muertes, embarazos y nacimientos de seres queridos.

Cuando sale a la calle y un micrero o un automovilista que lo reconoce, le tocan la bocina y le hacen gestos amistosos con la mano o a veces con el típico "Y VA A CAER" . Entonces él levanta su mano izquierda y agradece esa demostración de simpatía y afecto.

Nunca se pierde las reuniones de la dirección de su partido. Hasta hace poco tomaba un bus y se iba solito a la sede de Vicuña Mackenna, y si nadie lo traía de regreso a su hogar, sencillo, volvía en micro. Y cuando alguien lo reconocía, lo saluda modesto, le da la mano y conversa unas palabras.

Tampoco falla a las invitaciones que le hacen las células del partido de Santiago o los amigos socialistas. Eso sí que pide que lo vayan a buscar y a dejar. Ya no viaja a regiones ni al extranjero, porque se agota mucho.

Este libro pidió que lo presentará el presidente del PC, Guillermo Tellier y el ex ministro y ex presidente del PS, Jorge Arrate.
Participa en este lanzamiento su amigo Max Berrú y su grupo musical. Y hasta habrá para los que asistan un vino de honor ofrecido por LOM, no el tradicional pipeño del Itata de su infancia, que don Luis toma diariamente y que lo mantiene longevo, lúcido y opinante.



Corvalán es un ejemplo de político de nuevo tipo, tiene una modestia propia del tomecino criado "a lo huaso" por su madre doña Adela. Nunca se lo ha visto con cara de estrella, ni se cree el cuento de personaje, aunque sí lo es, e incluso hasta sus nietas menores, Catalina, Irina y Julieta, les costó entender que su abuelo era un gran personaje de la historia de Chile.

Cata, la menor, de solo 4 años, toma onces todos los días con sus abuelos y se deja regalonar con ricos tecitos y sanguruchitos que le hace su abuelita.
Y a veces se va con el tata, que amorosamente la lleva a su Jardín infantil.

Irina, que nunca se había metido en nada, hace poco le dio una gran alegría a don Lucho, participando en la marcha contra la Ley General de Enseñanza y volviendo a casa mojada por el guanaco y rociada con gases lacrimógenos, tal como a veces le pasaba a sus hijos Alberto (Coné), Pili (la matea) o Viviana (la artista).

María Victoria, su hija menor lo acompaña permanentemente y está a su lado siempre lista para atenderlo a él y a doña Lily, que se apresta a sus 82.

Así don Lucho ha estado meditando sobre la Democracia-Democracia, y tiene algunas cosas que decir, en este país de democracias a medias y donde muchos usan una retórica democratoide, pero que han hecho poco para abrir las grandes alamedas a los hombres libres de Chile y que mantienen amarrada y binominalizada a esta señora.

Como político del pueblo, auténticamente vinculado a los trabajadores, irá a la casa de la CUT, que lo recibe nuevamente, para escuchar su palabra de compañero.



Estar en la CUT es una demostración de que Corvalán es un verdadero demócrata, ya que son pocos los políticos de este país, que podrían llegar a esa sede, o que tendrían moral democrática para ser bien recibidos en la casa de los trabajadores.

Allende fue uno de esos hombres, y qué lejanos de él están en los hechos, muchos de los actuales políticos del país. Sobran dedos de la mano del pueblo -ahora llamado gente-, para mencionaa a los verdaderos demócratas.



Por eso, don Luis se ha ganado el respeto de todos los sectores, por toda una vida de consecuencia. El es un chileno, que puede caminar libremente por la calle, sin temores y hablar con cualquiera de democracia, de esa que sueñan los trabajadores.

El Tata se da tiempo para todo, para comer lentejas con su nieta periodista Andrea, o para celebrar a su nieta abogada Ximena, para chochear con su bisnieto Emiliano, que le dio su nieta Adelita y ahora se prepara a recibir el que viene en camino y que le encargaron su nieto músico Diego y Mariel, su esposa mexicana.

Cuento aparte es la historia con sus criticantes yernos Rodrigos, 2 que se las traen y que le exigen más democracia todavía, para contarlo TODO.

El Corazón de Corvalán sigue latiendo, como dice su única nuera, Ruth Vuskovic y ahora para hablar de DEMOCRACIA. Pero la tarea del Tata Lucho no termina aquí y ya junta materiales en su PC para su próximo libro.

Para contar sabrosos chascarros en la política. Y ojalá los contara todos, para abrir las mentes de la acartonada y auto denominada clase política de este país y para terminar con las exclusiones que prueban que Chile sigue siendo un país dominado por la democracia protegida, impuesta desde 1973 por quienes todos saben y mantenida tal cual hasta ahora, por los otros que todos conocen.

viernes, 4 de julio de 2008

LUIS CORVALAN: LOS COMUNISTAS Y LA DEMOCRACIA

LUIS CORVALÁN LANZA SU NUEVO LIBRO
LOS COMUNISTAS Y LA DEMOCRACIA




9 DE JULIO A LAS 19 HORAS EN LA CUT

El ex senador y ex Secretario General del PCCH, Luis Corvalán, junto al ex ministro socialista Jorge Arrate y al presidente del Partido Comunista, Guillermo Tellier, y con la presencia del músico Max Berrú (Inti Illimani), encabeza el acto de lanzamiento de su nuevo libro:

LOS COMUNISTAS Y LA DEMOCRACIA

El acto se realizará en Alameda 1346 en el Salón Manuel Bustos de la Central Unitaria de Trabajadores.

viernes, 27 de junio de 2008

La verdadera historia del rescate del último discurso de Salvador Allende



Por José Miguel Varas

Vuelvo a leer con emoción la crónica de Guillermo Ravest Santis, con su estilo terso y vibrante, modelo de gran estilo de periodismo, sobre el último discurso del Presidente Salvador Allende, transmitido por Radio Magallanes el 11 de septiembre de 1973, minutos antes del comienzo del bombardeo a la Moneda. Ravest, director de la emisora, fue quien se dedicó junto con el radio controlador Amado Felipe a hacer numerosas copias del histórico discurso en pequeñas cintas magnéticas y fue él también quien las sacó del local de la radio –con evidente riesgo para su vida, del que en ese momento no tuvo conciencia- y las hizo llegar a la dirección clandestina del Partido Comunista para su distribución entre los corresponsales extranjeros.



La crónica fue solicitada a Guillermo Ravest por Faride Zerán, directora de la revista Rocinante, en la que yo me desempeñaba como editor. Apareció en la edición Nº 58, de agosto de 2003, junto con un notable testimonio del periodista Leonardo Cáceres, responsable de los servicios noticiosos de Radio Magallanes. Ambos materiales constituyen un documento periodístico e histórico sobre un momento trascendental de la vida de Chile. Y por eso, me parece muy conveniente que se reproduzcan ahora en las páginas de CIPER. Conveniente y necesario, porque en torno a estos hechos y sus protagonistas se tejieron versiones erróneas.

Medio siglo de periodismo
Nacido en Llay Llay, importante nudo ferroviario de la V Región, el 3 de julio de 1927, Guillermo Ravest Santis proviene de una familia estrechamente vinculada a los ferrocarriles: su abuelo, su padre, sus tíos y otros parientes fueron todos ferroviarios. También él pudo haber seguido el recto camino de los rieles pero se enamoró tempranamente del periodismo. Con este oficio ha mantenido un romance de medio siglo, que dura todavía.

En 1950 trabajó en la agencia COPER (Cooperativa de Periodistas), creada por el veterano Albino Pezoa para dar trabajo a profesionales de la prensa “cesanteados” por motivos políticos por el régimen de Gabriel González Videla. Después, entre 1952 y 1972 trabajó en los diarios El Siglo, El Espectador, Ultima Hora y La Nación, en el Departamento de Prensa de Radio Balmaceda, en la revista Qué Pasa de Buenos Aires, en el diario Puro Chile, en Televisión Nacional y, por último, en Radio Magallanes. Junto con su esposa Ligeia Balladares, también periodista, debió partir al exilio después del golpe militar.

Ambos llegaron a Moscú en 1974 y organizaron el equipo de periodistas chilenos que produjo, bajo dirección de Ravest, los diarios programas “Radio Magallanes”, que se emitían por las ondas de la emisora estatal soviética, al mismo tiempo que los de “Escucha Chile”.

Viajaron en 1980 a México y regresaron a Chile en 1983, en cuanto sus nombres dejaron de aparecer en las listas de proscritos. Trabajaron en el diario ”Fortín Mapocho”, fuerte opositor a la dictadura. Entre 1983 y 1989, Guillermo trabajó en las ediciones clandestinas de “El Siglo”.

La pareja Ravest-Balladares reside desde hace más de 20 años en San Miguel Tlaixpán, pequeña localidad cercana a la Capital Federal de México. Ambos han seguido cultivando al periodismo y también la literatura en calidad de cuentistas y narradores casi clandestinos. Guillermo Ravest es autor de un libro de memorias titulado “Pretérito Imperfecto”, que ofrece, sin duda, enorme interés porque ha sido testigo privilegiado de un período histórico turbulento, cuyas consecuencias siguen proyectándose en el presente y en el futuro. Se espera que sea publicado pronto en Chile.



Testimonio:
“Necesito que me saquen al aire inmediatamente, compañero”

Por Por Guillermo Ravest Santis, ex director de Radio Magallanes

El golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 me encontró en Radio Magallanes, de la cual era director, y cuyos estudios entonces ubicados en el sexto piso de Estado 235, tenían acceso por la entrada del Pasaje Imperio. A eso de las seis de la mañana, me despertó un telefonazo de Lucho Oliva, ingeniero a cargo de los equipos de nuestra radioemisora. “Chino –me dijo- ahora sí que empezó el golpe. Para que lleguemos juntos al centro te paso a buscar en mi auto, altiro”.



Aquel “altiro” demoró mucho más de una hora, razón por la cual, luego de traspasar varias barreras de militares, llegamos a Estado con la Plaza de Armas alrededor de las siete y media. Allí me despedí de mi mujer y mi hijo, quienes se dirigieron a la Comisión de Propaganda del Partido Comunista en Teatinos 416 y al Conservatorio Nacional de Música, sus lugares de trabajo y estudio, respectivamente.

Radio Magallanes ya vivía una nerviosa actividad. El periodista Ramiro Sepúlveda me informó de las novedades y de la ubicación de los reporteros en sus respectivos frentes de trabajo. Anotamos una sola baja: el redactor de los noticieros de la mañana, seguramente presa del pánico, abandonó la radio. Nunca más supe de él, en los 30 años transcurridos. En cambio, periodistas de los turnos vespertinos decidieron reforzar el equipo matinal porque pensaron, atinadamente, que allí eran más necesarios. Otros, como Hernán Barahona, reportero político en el Congreso, cumplido con su comentario de aquella mañana -como él mismo lo ha recordado-, se retiró de la radio. Desde que yo llegué a la Radio Magallanes alrededor de las 8:00 y hasta que se levantó el toque de queda, no lo vi más.

A ratos nos atropellábamos, pues en algunos momentos tuvimos hasta tres radiocontroles metidos en el estudio. En esos instantes nos acoplamos a la Radio Corporación para difundir las primeras alocuciones que hizo el Presidente Allende. Esta era una forma de coordinación que usábamos en tiempos de la Unidad Popular, bajo el nombre de La Voz de la Patria, para tratar de contrarrestar, en mínima medida, el potencial con que entonces contaba –en número y en kilowatios- el sistema radial de la derecha golpista. En tres oportunidades difundimos esa mañana, como La Voz de la Patria, las palabras de Allende alertando al pueblo sobre la sedición ya en marcha.

La madrugada anterior, fuerzas del Ejército habían dado inicio a la “Operación Silencio”. Allanaron e inutilizaron las plantas transmisoras de las radios de las universidades de Chile y Técnica del Estado y la Luis Emilio Recabarren, de la CUT. Entretanto, encabezadas por la emisora de la SNA, la red nacional de las Fuerzas Armadas de Chile atronaba con sus bandos y oficializaba radialmente el golpe militar. Por sus sostenida connivencia con la sedición sólo el Canal 13 dominaba las pantallas. En ese clima nos dimos cuenta que habíamos quedado solos en el aire. Recién habían sido acalladas la Radio Corporación, dirigida entonces por el Partido Socialista; la Portales, que venía navegando entonces la tortuosa ambigüedad de Raúl Tarud y la Sargento Candelaria, partidaria de la Unidad Popular.



Poco antes, en una breve reunión habíamos resuelto con Leonardo Cáceres, nuestro jefe de prensa, y Amado Felipe, jefe de radiooperadores, dar cumplimiento a decisiones operativas previamente acordadas para circunstancias como las que estábamos viviendo. Estábamos conscientes de que, ubicados a apenas cinco cuadras de La Moneda, podíamos ser allanados. Con todas sus consecuencias. Desde hacía casi dos horas un bando de la Junta Militar amenazaba a las emisoras que no se plegaran a la red golpista, de un ataque por “fuerzas de aire y tierra”.

Me correspondió proponer a los integrantes del pequeño equipo que debería apostarse en la planta transmisora de la Magallanes, ubicada en Renca, para tratar de seguir emitiendo en cualquier emergencia. Todos aceptaron inmediatamente. Ellos fueron: los periodistas Ramiro Sepúlveda, Jesús Díaz, Carmen Flores –reportera recién egresada de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile- y el locutor Agustín Cucho Fernández.

Ya estaba en su apogeo aquel desigual combate que la propaganda pinochetista, por tres décadas, ha querido presentar como la “batalla de La Moneda”. Esa de la media docena de regimientos apoyados por un comando operativo de tres de los jefes golpistas –el Mendocita recién empezaba merecer su apelativo como arrenquín-, más el Estado Mayor de las FF.AA., tanques, cañones y helicópteros, contra un puñado de una cincuentena de patriotas. El testimonio documental de ese asalto fue investigado para la historia y la dignidad nacional por la doctora Paz Rojas, Iris Largo y otros igualmente dignos, en el libro Páginas en Blanco.

Había ido a buscar un cigarrillo a mi oficina cuando, inesperadamente, sonó la Plancha. Éste era el nombre que dábamos al teléfono a magneto, accionado a manivela, que nos comunicaba directamente con el despacho presidencial de La Moneda. Los golpistas ya habían amenazado bombardear el histórico palacio de gobierno. Contesté el llamado telefónico. Era la inconfundible voz del Presidente Allende.



- ¿Quién habla?
- Ravest, compañero…
- Necesito que me saquen al aire, inmediatamente, compañero…
- Deme un minuto, para ordenar la grabación…
- No, compañero. Preciso que me saquen al aire inmediatamente, no hay tiempo que perder…

Sin sacarme la bocina de la oreja, grité a Amado Felipe –quien se encontraba al frente de las perillas del control en el estudio- que instalara una cinta para grabarle y a Leonardo Cáceres, que corriera al micrófono a fin de anunciar al Presidente. Allende debe haber escuchado esos gritos. Le pedí: “Cuente tres, por favor, compañero, y parta…”.

Pese al nerviosismo de esos instantes, Amado Felipe –un gordo hiperkinético siempre jovial, hijo de refugiados españoles- tuvo la sangre fría o la clarividencia histórica de empezar a difundir al aire los primeros acordes de la Canción Nacional, a los que se mezcló la voz de Leonardo Cáceres, anunciando las que serían las últimas palabras del Presidente constitucional.

La tensión del momento explica por qué en esa grabación no sólo aparece la voz de Allende. A Felipe se le quedó abierto el micrófono de ambiente, hecho que aclara por qué en su original ella registrara mi voz pidiendo a gritos a alguien: “¡Cierren esa puerta, huevones!”. Los asaltantes de La Moneda, por su parte, le pusieron o añadieron su música de fondo: balazos, disparos de artillería y hasta ruidos de aviones. No eran momentos protocolares. Tras su última frase y, sin colgar, Allende me añadió un escueto: “No hay más, compañero, eso es todo”. Y como siempre ocurre en ciertas circunstancias solemnes o dramáticas, no faltó el añadido de una nota ridícula. Soy su autor. A modo de despedida le dije: “Cuídese, compañero”.

Tras haber presentado a Allende ante el micrófono. Leonardo se acercó a mi lado, junto a la Plancha. Ambos habíamos escuchado aquellas últimas palabras. Le comenté escuetamente: “Este es su testamento político. Flaco, estamos sonados…”. Con un locutor y otro periodista proseguimos la transmisión de la Magallanes. Estuvimos de acuerdo en difundir por segunda vez el discurso de Allende. Alrededor de las 10.20 de esa mañana, imprevistamente, nos sacaron del aire. Tratamos de establecer comunicación telefónica con la planta. Nadie respondió. Dedujimos que ya estaba en poder de los golpistas y nuestros compañeros muertos o detenidos.

En una breve reunión decidimos que lo único cuerdo en ese momento era desalojar los estudios. Amado Felipe, quien era el secretario político de nuestra célula del PC, y yo, decidimos quedarnos para revisar si en los estudios había papeles con nombres o menciones partidarias. Todo indicaba que un estilo de fascismo mapochino actuaba ahora desembozadamente.

Tras una despedida que no dejó de ser emocional, porque no era seguro que volviéramos a vernos vivos, varios compañeros reiteraron su fervor irrenunciable hacia la causa que encabezara el Presidente Allende. Cada uno partió a su hogar, porque ya se había hecho público que a las 14 horas comenzaba el toque de queda. Los dos compañeros de “seguridad” que nos había asignado el Comité Regional Capital del PC, prefirieron quedarse con nosotros.

Los dos días siguientes fueron agobiadoramente largos y tensos. Nos dividimos la tarea de la vigilancia de la radio, ahora convertida en ratonera, pues contaba con un solo acceso por la escalera y los ascensores. Nos esforzábamos por no ser sorprendidos si ocurría el allanamiento. Dormíamos por turnos. Volvimos a hacer una acuciosa revisión de todos los estudios. Lo más provechoso que hicimos con Amado Felipe fue dedicar muchas horas a reproducir las últimas palabras de Allende en unos pequeños carretes de cinta magnética. Así llegó el mediodía del jueves 13. Levantado el toque de queda, cerramos los estudios con llave. Nos despedimos antes de abandonar el pasaje Imperio. A Amado Felipe nunca más lo volví a ver.



Tres meses más tarde yo me asilaba en dependencias de la embajada de la entonces República Federal de Alemania, en un piso alto frente al Municipal, mediante los oficios solidarios del Agregado de Prensa Raban von Metzinger. Tuve que hacerlo porque a los generales de la Junta no les agradó que Allende los hubiese tratado en su discurso como lo que eran: traidores. Se ordenó mi detención; la evadí al costo de permanecer con mi mujer y mi hija chica, tres meses en una oficina de esa embajada y diez años en el exilio.

Aquel jueves me encontré con Ligeia, mi mujer, en Huérfanos frente al cine Central. Toda la gran manzana estaba atestada de militares armados. A ella le habían asegurado que ya era viuda, pues “a todos los de la Magallanes los mataron”. Pero algún militar que se distrajo de las interferencias telefónicas a la radio posibilitó que nos pudiéramos contactar por esa vía el día anterior. Y aunque no sabía qué podría ocurrir después, me avisó que pasaría a buscarme apenas levantaran el toque de queda. Junto con abrazarnos, emocionados hasta la pepa del alma, ella me preguntó: “¿Traes algo comprometedor?”. Cándida y honestamente respondí que no. Al menos así lo consideraba. Pero en el abrazo me delataron las cintas grabadas. Me miró como sólo ella sabe hacerlo.
-Bah, de veras –respondí- son copias del discurso de Allende.

También me sacó, entre nuevos abrazos, mi carnet del PC. Los metió sigilosamente en su bolsa del infaltable tejido. Y como dos viejos amorosos caminamos despacio hacia la casa de nuestra hija en el centro. Allí permanecimos un día. Y partimos hacia nuestra casa en Macul.

Así creí que terminaba esta historia. Pero siguió. Por medio de un “correo” envié diez de esas cintas grabadas a don Américo Zorrilla, quien participaba entonces en la dirección clandestina del PC, pues ya había recibido el encargo de repartir el resto entre el enjambre de corresponsales extranjeros que entonces pululaba en Santiago.

Nunca volví a ver a Amado Felipe, nuestro jefe de radiooperadores: incluido “democráticamente” en lista negra por los empresarios radiales y absolutamente cesante, se suicidó tiempo más tarde.

Testimonio
“El control bajó el volumen de la música y yo anuncié al Presidente”


Por Leonardo Cáceres




El 11 de septiembre de 1973 era martes y estaba nublado. Me desperté muy temprano, cuando el teléfono me transmitió la nerviosa información de un amigo que trabajaba en Investigaciones: estaba confirmado que había un levantamiento militar en curso, y en Valparaíso, la escuadra que participaba en la Operación Unitas había vuelto al puerto. Yo nunca había estado en un golpe de Estado. No sabía ni remotamente qué hacer ni de qué preocuparme.

Miraba pensativo por una ventana de mi casa, en la calle Tomás Moro, cuando vi que se abrían las puertas de la cercana residencia presidencial y tres o cuatro autos Fiat, escoltados por varias “tanquetas” de carabineros, salían a toda velocidad y se dirigieron hacia la avenida Colón. Ya no me cupo duda, algo grave estaba pasando: en uno de esos autos iba el Presidente Allende.

En mi citroneta me fui al centro, donde trabajaba como jefe de prensa de Radio Magallanes. En camino por Apoquindo y Providencia fui escuchando radio. Pasaba de la Agricultura, que emitía la marcial voz de Gabito Hernández alternada con la lectura de los primeros bandos militares y discos de Los Cuatro Cuartos, Los Quincheros y similares; a la Corporación y la Portales. De pronto escuché la voz del Presidente. Fue su primer mensaje. Él se había comunicado con Radio Corporación, como supe después.

Las emisoras de izquierda (Portales, Corporación, Magallanes, Candelaria, Recabarren y alguna más) integraban una cadena voluntaria y militante, La Voz de la Patria, que se enganchaba cada vez que era necesario para respaldar al Gobierno Popular, como réplica a la poderosa cadena de la oposición que tenía como cabeza a la Agricultura.



Llegué a la radio, en calle Estado con Agustinas, poco después de las 8. Ya estaban todos. Guillermo Ravest, el director, Eulogio Suárez, el gerente; los periodistas, los locutores. Se vivía un clima de máxima tensión, con la adrenalina a tope. Se intercambiaban las noticias con los rumores en medio de una sensación de caos. Sonaban todos los teléfonos al mismo tiempo. El Presidente volvió a dirigir al país un breve mensaje.

Hicimos la “pauta” del día sobre la marcha, envié periodistas a las sedes de los partidos y de la Central Única de Trabajadores, a la Asistencia Pública y, en especial, despachamos un móvil con tres periodistas a la planta transmisora de la Radio. ¿Quién podría asegurarnos que los golpistas no intentaran silenciar las radios, y para ello ocuparan los estudios de la calle Estado? En ese caso, la radio podría seguir transmitiendo desde la misma planta.

Muy temprano, ese día, los militares habían silenciado la radio de la Universidad Técnica del Estado. Poco después la Corporación. Así, la Magallanes quedó sola en el aire.

Redactábamos noticias a toda velocidad y las pasábamos al estudio para que los locutores las leyeran entre un disco y otro del Quilapayún o el Inti Illimani. En cierto momento entré al estudio y me quedé ayudando a leer unos comunicados de los cordones industriales y de la CUT. De pronto Ravest aparece agitando los brazos y tocando el cristal que separaba al estudio de la sala de control. En esta última había un teléfono a magneto conectado en directo con la oficina del Presidente en La Moneda. Había teléfonos similares a éste en las radios Portales y Corporación. Ravest nos dijo por comunicación interna que Allende estaba en línea y que teníamos anunciarlo de inmediato, sin esperar el final del disco que tocábamos. De inmediato. El control bajó el volumen de la música y yo anuncié al Presidente.

Ninguno de nosotros sabía que ésta iba a ser la última vez que el Presidente Allende hablara al país. No lo sabíamos, pero yo creo que sí. Era clarísimo, estaba hablando con la vista fija en los chilenos del futuro, en los que iban a sobrevivir al golpe, en los que iban a oír su voz diez, veinte o treinta años después. Allende habló para la historia.



El trabajo seguía, nervioso, en los estudios. Escuchábamos la voz del Presidente y al mismo tiempo ordenábamos los textos que se iban a leer a continuación y discutíamos con los periodistas. El radioperador había dejado abiertos los micrófonos del estudio mientras se emitía la voz del Presidente y por eso, en las grabaciones de ese histórico discurso, se oyen de fondo voces y órdenes.

Terminó el discurso presidencial y siguió la transmisión especial… hasta que alguien nos avisó que la planta transmisora había sido asaltada por un comando militar, el personal que allí estaba había sido detenido, y nosotros ya no estábamos en el aire. Nadie se fue a su casa, todos nos quedamos en la radio esperando lo que iba a venir.

Un par de horas después vimos por las ventanas de la calle Estado, que daban al poniente, a los aviones Hawker Hunter que lanzaban cohetes sobre La Moneda. Segundos más tarde, las llamas de un gigantesco incendio. Se quemaba la historia, nuestra historia, se incendiaban los símbolos de estabilidad y confianza en nuestra patria, en la democracia, en el avance hacia un país mejor y más justo. La feroz hoguera duró 17 años.

FUENTE:
CIPER. CENTRO DE INVESTIGACION E INFORMACION PERIODISTICA
http://ciperchile.cl/2008/06/26/la-verdadera-historia-del-rescate-del-ultimo-discurso-de-salvador-allende/

lunes, 4 de febrero de 2008

Luis Corvalán despidió a su compañero Volodia Teitelboim

LUIS CORVALÁN DESPIDIÓ A SU COMPAÑERO VOLODIA TEITELBOIM

El ex Senador y ex Secretario General del Partido Comunista de Chile, Luis Corvalán, despidió en la sede del ex Congreso Nacional de Chile, a su compañero de toda la vida, Volodia Teitelboim, fallecido el jueves 31 de enero de 2008.
Acompañado de su esposa Lide Castillo y de sus hijas Viviana y María Victoria, Corvalán expresó su solidaridad y afecto a Marina Teitelboim, hija del ex dirigente comunista y Premio Nacional de Literatura.
Volodia fue acompañado por miles de personas hasta el Cementerio General, donde fue despedido en un acto político cultural que cerró su hija Marina con emotivas palabras hacia la obra política de su padre.










miércoles, 7 de noviembre de 2007

Vivan los 90 años de la Gran Revolucion Socialista de Octubre



El 90 aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre llena de emoción a todos los chilenos que estuvimos en la Plaza Roja un 7 de noviembre.

Drasdrasbuitié Sovieskava Sayusa, HURRA!!!!!.
SLAVA KOMUNICHISTIE PARTIE SOVIETSKAVA SAYUSA,HURRA!!!!
Esas emociones en el Moscú Soviético jamás se olvidan.

El libro "Los diez días que estremecieron al mundo", del escritor norteamericano John Reed, narra el acontecimiento político-social más importante del siglo XX.

La Unión Soviética, fue primer estado de obreros, campesinos y del pueblo y como tal pesa en la conciencia y el corazón de la gente que piensa en un mundo del siglo XXI.

Lenin vive en el siglo XXI, porque transformó un país pobre en una potencia mundial.

La URSS construida antes de la Gran Guerra Patria es una obra de la Humanidad Libre.

La fuerza bolchevique de la Unión Soviética, derrotó a la Alemania nazi hitleriana.

La URSS con un trabajo de ardiente paciencia evitó una tercera guerra mundial.

La revolución rusa, ayudó a la libertad de China, India, Vietnam, Cuba.

Pero eso no bastó y había que hacer mucho más para defender la Patria Grande.

Los monopolios trasnacionales dominan y explotan a Chile y al mundo.

El libre mercado no ha superado ni resuelto la pobreza ni la injusticia,ni lo hará.

Y así surge la Venezuela de Chavez, Bolivia se libera con Evo y América del Sur demuestra de verdad que en su vientre tiene una criatura que se llama revolución.

Y vemos que la lucha no se ha terminado y que hay que seguir combatiendo.

Chile recuerda la solidaridad soviética en la lucha contra la dictadura de Pinochet.

Hoy saludamos al pueblo ruso y a la ex URSS, a los amigos que dejamos, allá.

Por eso, vivan los 90 años de la URSS.

Hay que seguir combatiendo con ardiente paciencia revolucionaria.

Tenemos que reciclarnos todos, perdimos una batalla, pero la guerra continúa.

No todo no se perdió y América Latina está dando una lección al mundo.

En Chile deben ocupar su lugar, pinguinos, trabajadores, pobladores y mujeres.

Hay que ponerse nuevamente de pie, luchar, el pueblo finalmente, va a triunfar.

¡Viva la Gran Revolución Socialista de Octubre!

(Lautaro Aguirre)

jueves, 11 de octubre de 2007

LUIS CORVALAN, UN CHILENO POSITIVO


El Tata Lucho, un hombre positivo

A sus 91 años, el ex senador y ex secretario general del otrora temido Partido Comunista de Chile, es un hombre positivo, un ser querido, respetado y aunque a él no le gusta que lo digan, incluso aplaudido, hasta por los que fueron sus adversarios políticos.

Luis Corvalán sigue vivito y coleando, trabajando diariamente en su computadora, viendo internet y preparando un nuevo libro sobre lo que lo ha apasionado toda su vida, la lucha por una democracia avanzada, esa que corrija las atroces diferencias en el mundo de hoy libremercadista, farandulero, sexista, frívolo y con pocas ideas nuevas.

Don Lucho no se achica por irse en micro y sin escolta a la última reunión del pleno de su partido y puede volver solo también, si no hay ningún compañero que se apiade y lo traiga de vuelta a su casa ñuñoína.

El Tata es capaz de levantarse temprano todos los días, escuchar Radio Nuevo Mundo, leer el diario, hacerse el desayuno solo y llevar a su nieta Catalina al jardín infantil.

Este hombre que fue considerado el brazo derecho de Allende, Por si las moscas sigue tomando su tradicional vino pipeño del valle del Itata y come las mismas nalcas de su niñez tomecina, y su mesa generosa es también aquella en la cual se reunió algún día el alto mando de la Unidad Popular con el compañero presidente.

Este hombre acusado de intrínsecamente perverso, es capaz de rendir homenaje a los 60 años de su hijo muerto por la tortura a los 28, leyendo a capela y sin quebrarse, un discurso de una gigantesca dignidad, que no le preparó ningún secretario.

Este chileno de ojos verdes picarones, tiene un Grupo de Amigas Personales, que no ponen celosa a doña Lily, su compañera, pero que le ayudan a escribir sus libros, que lo transportan de ida a los eventos que lo invitan, o que lo traen de vuelta cuando descubren que es un fiel exponente de la infantería y que no le asusta el Transantiago.

Este oriundo de Pelluco, hace sus compras solo, cruza la calle por cualquier parte y arriesgando su vida, como si fuera un chiquillo. Le gusta ir caminando a los mercados de las pulgas y a las ferias persas, acompañado de su bastón y vuelve cargado de verduras o de chucherías para sus nietas, hijas y compañera.

Chile es más grande, lúcido e internacional, con este personaje modesto que es entrevistado por periodistas de diversos países que llegan a su sencilla cabaña de madera diseñada por él mismo y que también le sirve de dormitorio.

Sus nietas lo encuentran top cuando aparece en televisión y miran sorprendidas las películas donde aparece como una figura conocida de la historia de este país, lo que él siempre mantiene en reserva, porque no es un egocéntrico, sino un chileno famoso de bajo perfil, al cual doña Lila lo echa de la cocina cuando él quiere meter su cuchara en el menú, lo que la abuelita no permite, porque tampoco ella se mete a modificar los discursos de este tremendo tata, que se las merece todas y que cuidamos para que viva más allá de los 100 años para bien de este siglo XXI.

El Flaco Lautaro (sin censuras)

sábado, 22 de septiembre de 2007

LOS AMIGOS CELEBRAN A LA ABUELITA LILY

MANSIÓN CORVALAN CELEBRÓ LOS 81 DE LA ABUELITA LILY
AMIGOS Y PARIENTES LLEGARON A BRINDAR POR ELLA

















































































FUE UNA INOLVIDABLE NOCHE DE EMOCION Y BUENAS VIBRAS
POR LA GRAN LILY CASTILLO DE CORVALAN
















































viernes, 21 de septiembre de 2007

FELIZ CUMPLEAÑOS 81 ABUELITA LILY



FELICES 81 ABUELITA LILY





UD HA SIDO LA FIRME RETAGUARDIA DE LA FAMILIA


Y MUCHAS VECES LA VANGUARDIA DE LOS CORVALAN


ESTE 21 LA SALUDAMOS CON INMENSO AMOR


EL PRIMERO CON BISNIETO PROPIO


EMILIANO SALUDARÁ HOY A SU BISABUELA


Y LUEGO VIENE LA LARGA LISTA DE NIETAS


Y EL FAMOSO NIETO MEXICANO


Y TODAS LAS HIJAS

MAS LOS YERNOS

Y LA NU(SI)ERA


Y DON LUIS CON EL GRAN REGALO GRAN


ESTAR JUNTO A ELLA A SUS 91



Y ESTE MES LUIS ALBERTO

HA ESTADO MAS PRESENTE QUE NUNCA

HACIENDO LATIR EL CORAZON DE CORVALAN

JUNTO A LOS GRANDES AMIGOS Y COMPAÑEROS

QUE HOY LE DICEN FELIZ CUMPLEAÑOS

FAMOSA LIDE GLADYS CASTILLO RIQUELME

miércoles, 19 de septiembre de 2007

LUIS CORVALAN CUMPLIÓ SUS 91


LUIS CORVALAN CUMPLIÓ SUS 91
CON ESQUINAZO Y TRASTRASERA INCLUIDA


CON UNA SUPERTORTA PREPARADA POR SUS AMISTADES



COMO LA FAMOSA Y COMBATIVA ANA GONZALEZ DE RECABARREN
CON LOLAS DE TODOS LOS TIEMPOS



TODO MUY CARGADO AL RICO DULCE CHILENO Y CON LINDOS
ENGAÑITOS
DE LOS AMIGOS

Y FUE CON ESQUINAZO Y TODO DADO POR EL CUNCUMÉN,
NADA MENOS.
Y MENSAJES DE MUCHOS COMPAÑEROS HACIENDO VOTOS PARA QUE LLEGUE A LOS 100 COMO MÍNIMO.
Con la FUERZA de la RAZON de sus Principios,reciba un cariñoso Saludo de cumpleaños.SALUD!!!! por sus 91 años. Afectuosamente Mario Urzua.
Por intermedio de nuestro compañero Rodrigo, le deseamos a Ud. querido compañero Corvalán, felicidades en sus 91 años, junto a su familia. Como dicen los suecos en su canción de cumpleaños, que Ud. viva más de 100 años. Felicidades, Fernando Wenger
Don Lucho : Reciba mi más afectuoso saludo en este día en que cumple 91 años de vida. Y como usted dijera alguna vez : "lo vivido y lo luchado....no me lo quita nadie". Pues que lo siga viviendo, como hasta ahora, rodeado del cariño de la compañera Lily, de sus hijas y de toda su familia. Y que siga, con su sola presencia, alentando el espíritu revolucionario en todos aquellos que lo encuentran en las actividades públicas a las que usted asiste. En los meses que vivo en Chile cada año, tengo el placer de constatar, en esas ocasiones de encuentros públicos, el respeto y la emoción con que los compañeros, jóvenes y viejos, se acercan a usted para saludarlo. Recuerdo haber leído en alguna página que cuando las hijas de Marx hicieron unas preguntas fundamentales a su padre, a la pregunta: "qué es la felicidad ? " él les respondió " la lucha". Creo, de acuerdo con Carlos Marx, que usted ha sido y es un hombre feliz. Don Lucho, reciba de mi parte, con profundo respeto y admiración, un gran abrazo deseándole un felíz día de cumpleaños Víctor Díaz F.Desde Quebec, Canadá